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Bale, Hazard y los becarios que no rompen

Ancelotti abrió el campeonato con Bale y Hazard flanqueando a Benzema. Y funcionó. Los dos dieron impresión de estar disfrutando el partido y de buena forma física. Hazard se presentó visiblemente más delgado que en sus dos cursos anteriores. Si consigue sacarles provecho, Ancelotti habrá hecho un gran bien al Madrid. Pasada la hora de juego y con el encuentro ya resuelto entraron Rodrygo y Vinicius y, ya muy al final, Asensio, en tarea de interior. Tres jóvenes de los muchos prometedores fichados en los últimos años para ir renovando el equipo, pero están por detrás de Bale y Hazard. No han dado la talla que se esperaba. Y va pasando el tiempo.

Lo de estos tres no es excepción, ha pasado con casi todos. Valverde tuvo una gran aparición, pero aún no pasa de ser un correcto suplente. Ceballos empuja, pero no se le ve irrumpiendo en el centro del campo que hoy tiene el Madrid; de momento ha hecho más en la Selección que en su club. Kubo es jugador de pinceladas que ha salido cedido otra vez. Odegaard ya tiene colgado el cartel de se vende, y al menos parece que dejará dinero. La lista se completaría con los Lunin, Odriozola, Militao (el que más ha convencido, al menos el curso pasado hizo bien el apaño), Vallejo, Jovic y Brahim, éste de nuevo cedido al Milan para dos cursos.

Haciendo sobre un papel la alineación titular del Madrid, difícilmente entraría alguno. Militao se ve amenazado por Alaba, que será central cuando esté Mendy. La media Modric-Casemiro-Kroos es intocable. Arriba, el tridente Bale-Benzema-Hazard crea nueva ilusión, toda vez que Asensio, por frío, Rodrygo, por tímido, y Vinicius, por alocado, dejaron sistemáticamente el ataque del Madrid reducido a Benzema. El plan renove era una buena idea, el Madrid aspiraba a tener a estas alturas un equipo joven y con talento, pero estos becarios no han progresado adecuadamente. O no eran tan buenos o es que los viejos resisten mejor de lo que se pensaba.