España: plata en Tokio, oro en todo lo demás

No pudo ser de oro, pero nuestros chicos de la generación 96 deben sentirse campeones con su plata al cuello. En realidad, la final olímpica se la llevó Brasil por dos regalos españoles: uno en el último minuto de la primera parte y otro en un contragolpe tras un córner a favor en la segunda parte de la prórroga. Hay un dicho futbolístico que se cumple a rajatabla: si no ganas la final, no la pierdas. Eso es lo que machacó a una Selección que pudo ser campeona con dos lanzamientos al larguero de Óscar Gil y Bryan Gil. Hubiera sido demasiado.

A corto plazo, la derrota española escuece mucho; si lo miramos con más perspectiva, este grupo de jugadores cierra un ciclo de categorías inferiores magnífico en el que han logrado ser campeones de Europa Sub-19, Sub-21 y plata olímpica. Toda una proeza, siempre dirigidos por Luis de la Fuente. Y lo más importante: muchos de ellos ya están instalados en la absoluta y saben lo que es llegar ya a unas semifinales de Eurocopa y a una final de los JJ OO.

También hay que realzar una vez más el compromiso que ha tenido España por el fútbol olímpico en Tokio. Existe un sentimiento de que el fútbol eclipsa a otros deportes en esta cita, que sobra. Pues bien, la Federación fue con todo a por el oro, convocó a jugadores que doblaron Euro-Juegos, buscó el éxito hasta el último aliento... Sólo se puede lamentar la falta de oficio. Todo lo demás tiene muy buena pinta. España está viva. La plata es un premio mayúsculo.