Teresa se lo merecía
Teresa llevaba participando en unos Juegos desde los 18 años. Y, aunque había estado muy cerca de la medalla, no había logrado lo que ahora para ella es tan ilusionante. Se merecía mucho esta medalla. Es de esas personas que asombran por todo lo que es y ha logrado. Y no sólo me refiero al deporte. Es madre, tiene una clínica de fisioterapia, sigue estudiando en la UCAM... Me recuerda al caso de Saúl Craviotto, que es padre, policía, cocina bien... Casi nos hace sentir una piltrafilla a los que sólo sabemos hacer bien un par de cosas.
Aunque en el día a día no echo de menos la alta competición, al ver actuaciones como esta sí envidio ver casos como el de Teresa, cómo es capaz de mantener la ilusión y la perseverancia necesaria para seguir en el deporte. Lo que parece claro es que en Cangas algo debe haber para que, a pesar de ser un sitio pequeño, tantos buenos deportistas y medallistas ha aportado a estos Juegos Olímpicos.