Una plata que sabe a oro
Siento mucha satisfacción por Ray Zapata, porque llevaba unos años muy difíciles después de su operación en el tendón de Aquiles y de que las cosas no le salieran en Río 2016. Se hizo justicia con su trayectoria, con su trabajo y con el de todo su equipo, y también con su ejercicio de suelo en estos Juegos de Tokio, fenomenal en el día clave. Por eso desde aquí me gustaría mandarle la enhorabuena por esa merecidísima medalla de plata con la que nos hace vibrar a España y a los aficionados a este deporte. Sabe a oro, ya que igualó a puntos con el israelí Dolgopyat y sólo la nueva normativa del desempate por dificultad le privó una conquista mayor.
Se trata de una nueva muestra de orgullo para la gimnasia nacional, tras los tres metales de Gervasio Deferr, dos oros en salto y una plata, y el de Patricia Moreno, un bronce. Sus últimas medallas, de Gervasio en 2008 y de Patricia en 2004, llegaron en suelo, así que es una alegría que Ray la consiguiera en este mismo elemento. Después de superar una época complicada sin logros en los Juegos, ya que cuesta mucho llegar tan lejos, y de un ciclo olímpico de cinco años en vez de cuatro por culpa de la pandemia, él se dará cuenta pronto del éxito tremendo de su plata.