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JUEGOS OLÍMPICOS | ATLETISMO

Peleteiro: "Me di dos hostias en la cara y salió el salto que quería"

Ana Peleteiro se colgó el bronce en el triple salto y logró el séptimo metal para España en los Juegos de Tokio. "Ahora no puedo parar de llorar", dijo.

Tokio
Peleteiro: "Me di dos hostias en la cara y salió el salto que quería"
EFE

La atleta gallega Ana Peleteiro, medallista de bronce de triple salto en los Juegos Olímpicos de Tokio (Japón), desveló que lleva "toda la vida soñando" con un triunfo como este, que se debe al "equipo maravilloso" que tiene detrás.

-¿Qué le viene a la mente?

-Recuerdo muchísimo el primer día que hice atletismo. Tenía cinco años y una mujer llamada María José Patiño, a la que quiero nombrar,  vio algo diferente en mí. Ella quería que hiciera vallas, pero me decanté por el triple salto.

-¿Qué le pareció el récord mundial de Yulimar Rojas?

-Entreno con ella todos los días, sufro con ella todos los días. Sabía que se lo merecía, que lo estaba persiguiendo, por eso le grite en el último salto.

-¿Usted más que nadie creía en esta medalla?

-Lo importante es confiar en una misma, en el trabajo. Yo no estoy en el atletismo para ser una más. Sabía que había algo reservado para mí. Pero hay que tener los santos ovarios de hacerlo.

-Decía usted que necesitaba que le enfadaran para rendir bien. ¿Le molestó hoy alguien?

-Estoy en un momento de mi vida con mucha paz. Siento cariño y que no hay gente que me quiera hacer daño. Aunque creo que enfadándome saco lo mejor de mí, es todo lo contrario. Es por la esperanza y el trabajo. Soy así y hay que quererme como soy. Estoy muy agradecida.

-¿Qué le dijo Pedroso tras el cuarto salto?

-Me habló de la técnica, porque estaba frustrada al ir cuarta. Pero sobre todo me valieron las palabras de Nelson (Évora, su pareja y triplista con un oro olímpico). Lo vi enfadado y me asusté porque el no se enfada nunca. Me fui para el fondo y me dije: 'Si quieres algo, peléalo'. Como te duermas, te quedas. Me di dos hostias en la cara y me salió el salto de la medalla.

-Cuando vio la medalla de Zapata, ¿qué pensó?

-Yo no me quería enterar, porque sabía que si me alegraba mucho me podía perjudicar. Pero al final lo vi, y en el autobús me enteré que era plata. Él se merece muchísimo todo, porque en el sí que nadie creyó y se lo han hecho pasar fatal. Venir aquí y ganar medalla los dos es un sueño. La verdad es que es genial. 

-Entonces, es feliz...

-Por fin puedo decir que soy medallista olímpica. Llevo toda una vida soñando con ello y ahora no puedo parar de llorar.

-¿Cómo se siente?

-Mejor atleta, mejor persona, creciendo en valores y en humildad porque después de esto hay que tener las cosas muy claras... Saber de dónde vienes, que no se te suba a la cabeza... No alcanzar el sueño por completo es lo mejor que me puede pasar. Me quedo con esa cosa más por hacer. Aquí me queda una cosa por hacer, pero estoy muy contenta...

-¿Creyó en la medalla?

-Hoy recé. Te juro por Dios que recé. En el quinto salto estaba así... Ave María... Recé todo lo que sé... Hay días en que hay que rezar y hoy era un día de esos. Incluso en la grada. Gracias a eso lo conseguimos y tenemos la medalla. Rezar sirve y entrenar mucho también.

-¡Qué final!

-Ha sido una final apretadísima. Hemos saltado todas muchísimo, asi que creo que es una medalla merecida, pero la he tenido que pelear muchísimo por ella. Es muy dificil esta competición. He dudado en muchísimos momentos. Me he visto fuera y dentro y gracias a eso he conseguido hacer el salto. Quiero que la gente sepa que esto es muy jodido. Hay que creer mucho. Y visualizar mucho. Es lo que he hecho durante toda la competición. Bajar las pulsaciones, no excederme en la competición... En el salto que me fui en blanco fue porque me excedí en motivación... No quería que me pasara eso. En Mónaco me avisaron... Que no te pase en los Juegos... Y doy gracias por el consejo. Lo que me dicen lo cojo, lo guardo y lo gestiono a mi manera. Todo consejo es bienvenido. Estoy súper feliz. No me lo creo...

-¿Qué se siente como medallista olímpica?

-Creo que tienes que vivirlo para saber lo que se siente. Es por eso que ser medallista olímpica es algo tan heavy. Porque muy pocas personas pueden vivirlo y tener la suerte de ser una de ellas es brutal. No te puedo decir lo que se siente. Se sienten muchas cosas. Miraba así y decía... Y veía el estadio, las luces y decía mi padre, el sufrimiento es temporal y la gloria es eterna. Y me acordé de esa frase. La gloria es eterna. Disfrútalo. Por eso empecé a llorar. Ojalá estuviera aqui para abrazarlo. Cuando los vea disfrutaré el triple y ya está.

-¡Y doble récord nacional!

-No lo tenía en mente, no estaba obcecada en batir el récord de España... Estaba pendiente. En el calentamiento me dije que veníamos a coger una chapa. Da igual lo que tengas que saltar. Hay que hacerlo. Impossible is nothing.

-Y tremendo lo de Yulimar Rojas...

-Yo le tengo muchísimo cariño a Yuli (Yulimar Rojas). Hemos sufrido muchísimo juntas. Nos hemos peleado en entrenamientos, nos picamos... Si estoy aquí es gracias a entrenar con ella. Es una cosa que quiero que tengáis clarísimo. Si Yuli no estuviera en España, yo no estaría aquí. Ella es el gran ejemplo de que puedes venir de la pobreza absoluta y llegar a la gloria absoluta. Hoy ha llegado a la gloria absoluta. Campeona olímpica. Récord olímpico. Récord del mundo. Vas para tu casa y ahora,  si quieres, vuelves en enero a entrenar... Increíble. Creo que eso engrandece más mi medalla porque el no ser campeona olímpica no te hace más pequeña. Te hace grande el momento en el que consigues esa medalla. Es lo que hace que te recuerden. Si es una final fácil y no das todo de ti a la gente se le olvida porque no empatizan con ese momento. Hoy no miro el color de la medalla, miro el esfuerzo de esa medalla. Ella se ha esforzado muchísimo por esa medalla. Si yo estoy lejos de mi familia, ella está mucho más lejos. Si yo tengo ganas de ver a mi familia, ella tiene el triple de ganas porque no la ve desde diciembre. Eso la engrandece muchísimo. Ha luchado mucho y, aunque la gente piense que es un talento, no... Los talentos hay que trabajarlos. Tengo la suerte de poder decir que soy su amiga, su compañera de entrenamientos y que aprendo día a día algo de ella.

-Emocionada...

-Mi entrenador me riñe cuando lloro, pero es que hoy no me pude contener. Lloro un poquito, te concentras otra vez y lo intentas porque estaba tercera, podía aspirar a algo más. Lo he intentado hasta el último salto. Lo que pasa que es una competición muy dura, muy larga... La deshidratación se notaba, el cansancio estaba presente, pero aún así hacer todos los saltos por encima de 14,50 es la hostia... Estoy feliz. Quería disfrutar el momento, no quería hacer un salto en blanco y quedarme con ganas de más. Fue lo que hice...

-¿Cómo va a celebrar esto?

-Yo ahora me merezco unas vacaciones, un descanso... Mi cuerpo está al límite... Literal... Tengo molestias, bueno, me duele el cuerpo, la cabeza de aguantar a Iván todos los días, así que le voy a decir nos vemos en septiembre... Voy a descansar, es lo que quiero... No voy a ir a la Diamond League y la voy a ver desde casa relajada... A lo mejor mañana cambio de opinión...

-¿Qué importancia tiene Iván Pedroso en todo esto?

-Iván ha sido la persona que ha confiado en mí, que me ha sacado de la mierda absoluta, de una niña que pesaba 65 kilos, que le sobraba grasa por todos lados, un talento que estaba roto... Era un juguete roto literalmente... Confió en mí, me agarró y me dijo: "Lo vamos a hacer. No sé si será aquí, en cinco o diez años, no sé cuándo será, pero vamos a hacer algo grande juntos... Y como Iván siempre tiene algo eso en la cabeza... Somos un equipo, somos una piña... Estos dos últimos meses he sentido más que nunca que el Team Pedroso es un Team. Nos falta Alexis Copello, porque es un pilar importante en el equipo y le tenemos súper presente. Hemos venido aquí como equipo a luchar, a la guerra, como decía hace dos días y estamos muy unidos. Y eso es todo gracias a Iván porque a veces somos un grupo que tiene muy buen nivel, per es muy dificil de gestionar...

-Trabajo de equipo...

-Sí. Y un día se le va la pinza a uno y otro día a otro... Y eso es difícil gestionarlo. Gestiona él y nosotros, pero hay un trabajo de equipo muy importante. Y todos y cada uno de nosotros tenemos un papel. Soy a lo mejor la que da problemas porque cuando hay algo que no lo gusta lo pongo encima de la mesa. Y digo no me gusta, no está bien, no es de equipo, de compañeros y digo que hay que solucionarlo. Me gusta solucionar y hablar las cosas. A veces es muy bueno y a veces muy malo. Todo es importante. El papel de cada uno es importante. Yuli por ejemplo es la loca, la que anima siempre a todo el grupo, la que trae el megáfono que pesa como diez kilos y viene todos los días andando desde su casa... Llegas a la pista y estás feliz. Aunque tengas un día de mierda ella intenta alegrar a todo el mundo. Y eso es muy importante porque si no las cosas no fluyen.

-¿Esta medalla le puede cambiar la vida?

-Le dije eso a Fátima Diame... Estaba sentada en la cama y le dije si era consciente de que si hoy iba bien me podía cambiar la vida para siempre. Nelson Évora me lo decía... Una medalla olímpica te cambia la vida. Y ojalá la gente en España lo haya vivido con la misma intensidad que yo y hayan podido disfrutar de la misma forma. Os juro que mi mayor regalo es que la gente disfrute y vea atletismo. Que la gente se enganche a este deporte porque este deporte es la puta hostia. 

"Mi madre prometió que se tatuaba si yo ganaba medalla; le estoy pidiendo cita"

Más tarde, Ana Peleteiro habló en El Larguero y desveló la promesa que había hecho su madre.

Estado: "Estoy reventada, no puedo más, pero es un cansancio de que lo ha dado todo. Le he echado unas narices muy grandes, pero siempre he tenido este carácter. Mi madre pensará que de algo vale esta mala leche que tiene mi hija. Le tengo que dar la gracias a mi prima, que me hacía rabiar de pequeña".

Dedicatoria: "Se lo dedico a toda mi familia, a los que están y a los que ya no están. Estoy deseando llegar a casa y comerlos a besos. Esta medalla es de ellos".

Promesa: "Mi madre hizo una promesa y dijo que se tatuaba los aros o la medalla, así que ya estoy pidiendo cita