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Mireia Belmonte está de récord

Mireia Belmonte volvió a hacerlo. No me refiero a colgarse una medalla internacional, un hábito de otros tiempos que no reedita desde los Mundiales de Budapest de 2017. No es eso. Me refiero a enganchar a los aficionados frente a la televisión, a obligar a sus admiradores y a los seguidores de los Juegos Olímpicos a poner el despertador a las cuatro de la mañana para seguir sus evoluciones en una final. En Tokio 2020 no nos lo esperábamos, esa es la verdad. Mireia llegaba de un accidentado ciclo en el que ha enlazado problemas físicos de distinta índole: vértigos, inguinales y, como remate, el hombro. Hasta hace dos meses no había podido esmerarse en los entrenamientos. Un hándicap al que hay que añadir su edad: los 30 años pesan en un nadador. Por eso, Belmonte venía a sus cuartos Juegos con otro espíritu, a disfrutar como abanderada en la Inauguración y a nadar sin presión. Así afrontó los 400 metros estilos, donde no esperaba estar en la lucha por el podio. Pero como tiene tanta clase y es tan competitiva, estuvo a punto de atrapar el bronce, que se le marchó por un suspiro de 23 centésimas.

Esa quinta medalla olímpica que se escapó por una brazada no era una medalla cualquiera. Todas son importantes, de acuerdo, y una detrás de otra componen la leyenda de una de las mejores deportistas españolas de la historia, quizá la mejor. Pero la quinta traía un premio extra, porque suponía empatar el récord de David Cal, que lidera el escalafón en solitario. Todo apunta a que alguien le igualará o le superará en los presentes Juegos, pero Mireia no era el candidato principal, sino su compañero de bandera, Saúl Craviotto, una baza firme en el K4. Con su inesperada actuación, la badalonesa vuelve a la lucha y rescata la esperanza para las dos pruebas que aún le restan: los 800 y los 1.500 metros. ¿Por qué no?

La primera oportunidad se esfumó por una diferencia exigua, pero así es el deporte de élite. Mireia lo sabe bien porque precisamente en Río 2016 fue ella quien arrebató el bronce a Hannah Miley por sólo 15 centésimas. El detalle nos recuerda lo difícil que es auparse a un podio olímpico. España lleva dos días comprobándolo. El sábado comenzó la jornada con cinco balas de medalla y la terminó con la plata de Adriana Cerezo. Este domingo partió con cuatro aspirantes, entre ellos dos subcampeones mundiales, la judoca Ana Pérez Box y el taekwondista Javier Pérez Polo, y un bronce mundial, Alberto Gaitero, y ninguno de ellos subió al cajón. Quien más cerca estuvo fue la incombustible Mireia, que vuelve a estar de récord.