Adriana adelanta el futuro

Nada más terminar su combate de semifinales, Adriana Cerezo miró a la cámara de televisión, sonriente, siempre sonriente, y dijo: “¡Vamos! ¡Uno más!”. El gesto demostraba en qué noble madera está tallada esta madrileña de 17 años, otro de los jóvenes valores que han irrumpido en el presente curso en el deporte español. Como Juan Ayuso, como Usman Garuba, como Pedri, como Pedro Acosta, como Ane Mintegi… Taekwondo, ciclismo, baloncesto, fútbol, motociclismo, tenis… El futuro se abre de par en par. Adriana acababa de meterse en la final de Tokio 2020 y de asegurar la primera medalla para España. Y lo había hecho tras vapulear sin complejos a una doble campeona olímpica en cuartos, la china Wu Yingyu (33-2), y a una doble campeona europea y doble bronce mundial en semifinales, la turca Rukiye Yildirim (39-19). Pero quería más. Ese es el espíritu. Adriana tampoco se arrugó en el combate decisivo ante la número uno del mundo, Panipak Wongpattanakit. Sólo el nombre causaba respeto. La española peleó de tú a tú, era campeona olímpica sólo a falta de siete segundos, pero una acertada acción de la tailandesa rebajó el sueño a la plata. Eso sí, una superplata que, a pesar del tópico, en este caso sí sabe a oro.

Porque quién le iba a decir hace sólo unos meses que iba a subirse a este podio. Si los Juegos Olímpicos se hubieran celebrado en sus fechas originales, Cerezo ni siquiera hubiera podido participar, pero en el presente 2021 ha eclosionado con el título en el Europeo absoluto y con su posterior clasificación en el Preolímpico, justo a tiempo. Ya se la veía venir con aquella corona continental sub-21 que conquistó en 2019 con sólo 16 años. La taekwondista de Alcalá de Henares, otro producto del programa Podium de Telefónica, venía disparada. Y explotó en Tokio, el mejor escenario. Siempre precoz. Siempre varios pasos por delante del futuro.

El taekwondo suma así su séptima medalla olímpica desde Sídney 2000, que es la sexta consecutiva desde Londres 2012. Este deporte es uno de los grandes viveros del olimpismo español. La alcalaína no sólo alarga el filón, sino que también asegura el mañana con su temprana edad. El futuro es Adriana. No pudo seguir el mismo camino Adrián Vicente, que cayó en cuartos, aunque compitió bien. Pero todavía quedan otras dos balas: Javier Pérez Polo y Raúl Martínez. Hay taekwondo para rato. Y mucho más para ella.