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La amistad peligrosa del Barça

 Estrategia. El Barça tiene una decisión importante que tomar estos días con el trueque Saúl-Griezmann. Además del urgente asunto de la masa salarial, si es por diseño de plantilla, seguramente pueda ser una operación de cierto interés. El encaje de Griezmann en un equipo con Messi, por más que el francés ha puesto todo de su parte para encontrar un sitio y la temporada pasada tuvo mucho que ver en algunas cosas buenas del Barça, no es sencillo. Además, Koeman necesita centrocampistas porque, por más que Laporta le haya pedido fe en Riqui Puig, ahora mismo sólo se fía de Busquets, De Jong y Pedri. El perfil de Saúl le seduce. Un jugador con capacidad de ir de área a área, con toque, despliegue físico, juego aéreo y disparo, eso que tanto pide el holandés. ¿Pero este Saúl hace ya eso?

Dudas. En ciertos sectores del Barça hay reservas. Saúl viene de una temporada muy gris en el Atlético, donde se le ha visto caer en cierto desánimo. Existe la sospecha de que si Simeone, que suele sacar lo mejor de sus jugadores, ha aprobado la operación, es que ya no espera mucho más de él por más que, a sus 26 años, esté todavía a tiempo de remontar. Hay quien se pone en el escenario de la operación Arda, que presuntamente iba a ser el cuento de las mil y una noches y terminó siendo una ruina.

Trasvases. El Atlético ha terminado por ser una amistad peligrosa para el Barça. Le ha vendido muy caro, y hasta le ha llegado a denunciar por el caso Griezmann con el coste internacional de imagen que eso conllevó en el club azulgrana. Y le ha manejado como ha querido para hacerse con Villa, que trajo bajo el brazo la Liga de 2014; y Suárez, la de 2020. Hay que echarse muy atrás para recordar jugadores que, procedentes del Atlético de Madrid, rindieran en el Barça. Casi a la época de Gil, cuando Eusebio, Salinas y Juan Carlos cogieron el puente aéreo y fueron futbolistas de rotación con un rendimiento notable.

El líder. El Barça parece otra vez en un callejón sin salida ante el Atlético. Quiere quitarse de encima a Griezmann. Y para eso, tendrá que aceptar la voluntad del jugador, que se siente protegido y entendido por Simeone. Lo horneó y es algo más que un entrenador para él. El argentino es garantía suficiente para pensar que tiene muy meditado lo de Griezmann. Que le protegerá ante los que le criticaron en su marcha y que le funcionará. Lo de Saúl en el Barça ya es otra cosa. Pero así son la economía y las amistades peligrosas.