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Dolberg y los héroes de una noche de verano

Presentimiento. Yussuf Poulsen, delantero titular de Dinamarca, no iba a poder jugar contra Gales por un problema en un glúteo. Fue entonces cuando Kasper Hjulmand, que está viviendo un tobogán de emociones en esta Eurocopa, tuvo un "presentimiento". Considerando que el partido se jugaba en el Johan Cruyff Arena, decidió que su recambio sería Kasper Dolberg. Cuando tenía 17 años, Dolberg dejó su Silkeborg natal para jugar en Ámsterdam. Al Ajax llegó como una de las mayores promesas de Europa, pero el fútbol empezó a ganarle la batalla y en 2019, con aquel equipo arrebatador de De Jong, De Ligt, Neres o Ziyech, Tadic le quitó el sitio y se rindió.

Emociones. Dolberg se fue al Niza, donde intenta relanzar su carrera aunque no lo ha tenido fácil. En 55 partidos, apenas ha marcado 17 goles. Pero peor fue lo que ocurrió poco después de su llegada. Le sustrajeron un reloj que valía 70.000 euros. Lo peor es que quien lo hizo fue un compañero de vestuario. El Niza tuvo que mandar al Paris FC al ladrón, Lamine Diaby-Fadiga. Ayer, sin embargo, Dolberg sacó el futbolista que, decían, llevaba dentro. Marcó dos goles y se convirtió en uno de esos héroes de una noche de verano que Eurocopas y Mundiales dan tan a menudo. Charisteas (2004), Götze (2014), Eder (2016)... La Dinamita Roja sueña con todo. La última vez que un jugador danés marcó dos goles en un partido fue en 1992. Henrik Larsen fue el héroe de la semifinal ante Países Bajos..., que será el rival en cuartos si pasa hoy contra Chequia.

España. Dolberg fue el personaje del día con permiso del apasionante final del Italia-Austria. Mientras, la Selección, a la que dejamos en manos de la terapia de Joaquín Valdés el domingo pasado, salió brillantemente del apuro de Eslovaquia con goles y fútbol. Liberada, viaja a Copenhague a contagiarse de esa energía positiva que desprende Dinamarca. Croacia es subcampeona del mundo, 11 en el ranking FIFA y tiene a Modric, un maestro. Pero España es la selección número seis y tiene a Luis Enrique montado en su patinete y con una fe inquebrantable en lo que hace. Vamos.