Corren los memes y vacuna Spengler
Las redes escupían ayer memes guasones con el desespero del seleccionador en su ávida búsqueda de parches para un roto que no se sabe qué dimensión puede alcanzar. “Me ha llegado un SMS convocándome para mañana a las 11:15, pensaba que me tocaba vacunarme y al final era Luis Enrique”. O este: “Si os llaman de un número desconocido cogedlo que puede ser Luis Enrique”. La situación sugiere aquellas levas que se hacían en los puertos siglos atrás, cuando se captaba a incautos a la salida de las tabernas para embarcarles. Los que debieron ser en principio 26 y se quedaron en 24 son ahora 24-2+4+1+1+11=39, si no me he descontado.
Todo un tormento para Luis Enrique, que se ve sometido a una prueba que ningún seleccionador pasó antes. Tiene dos burbujas, la de los 22 de la lista inicial una vez evacuados Sergio Busquets y Diego Llorente, que se entrenan y conviven guardando extremas precauciones, y los demás, alojados en un hotel de Madrid, la mayoría miembros de la Sub-21 que tan buen papel hizo ante Lituania. La noticia buena fue que ayer no hubo ningún nuevo positivo, pero eso no garantiza nada. Luis Enrique comparecerá este mediodía para explicar la situación, que no es otra que la de un estado de emergencia en el que hay que ir improvisando.
Mientras, resulta que, a buenas horas mangas verdes, se ha decidido por fin vacunar a los futbolistas. Lo hará el Ejército, como se hizo con los olímpicos, porque a lo que se ve alguien ha leído a Spengler y ha decidido que donde no llega la sociedad civil (Sanidad lleva tiempo diciendo ponme el toro al sol, ponme el toro a la sombra, pero no se decide a meterle la espada) sí llega un grupo de soldados. Lo que no sé es de qué van a valer ya estas vacunas tardías. Una desdicha, en fin. Pero así es el fútbol en tiempo de pandemia, o así es el fútbol a secas, siempre presto a llenar nuestras conversaciones haya o no partidos.