El Villarreal tiene una cita con la Historia
El Villarreal se cita con la Historia. El escenario, Gdansk, fue testigo el siglo pasado de hechos decisivos. En mis libros de bachillerato aparecía con su nombre alemán, Danzig, y su reivindicación por parte de Alemania fue el detonante de la II Guerra Mundial. Hace 40 años, cuando ya la conocíamos como Gdansk, surgió en sus muelles el sindicato Solidarnosc, la pieza de dominó que acabó arrastrando el muro de Berlín. Historia en el escenario e historia en el rival, sobre la que no tengo que extenderme. El Manchester United es pilar esencial del viejo y querido fútbol europeo, aunque hoy esté en manos de americanos, los Glazer.
Ahí va el Villarreal, vestido de amarillo ilusión, representante de una ciudad de 50.000 habitantes (“Mi pueblo”, decía orgulloso Pau Torres ayer), colado ahí arriba por la constancia y el talento de un hombre llamado Fernando Roig, que va delegando en su hijo, y del estupendo grupo de colaboradores que supo reunir. Hace 23 años que llegó al club, lo instaló en Primera, donde regresó rápido tras una inesperada caída a Segunda (sólo estuvo un minuto en puesto de descenso, el último de la temporada, por un gol en fuera de juego de Tamudo para el Rayo) y después de hacerse un sitio en España se lo ha sabido hacer en Europa.
Buen equipo con buen entrenador, Unai Emery, que ya ha ganado tres veces este trofeo, las tres con el Sevilla. Eso no le hace favorito, claro. Las apuestas pagan en torno a 4,75 el triunfo del Villarreal, y sólo a 1,80 el del United. Es normal, por su viejo sello y por la dimensión de sus figuras, los Pogba, Bruno Fernandes, Rashford, Cavani... Pero un partido por jugar es un melón por abrir; habrá alternativas, habrá momentos para uno y para otro. El fútbol es un juego de instantes en el que todo se resuelve en unos pocos trances fugaces en los que el gol está cerca. Ojalá el acierto caiga del lado del equipo de los Roig. Lo merecen más que los Glazer.