30 minutos que marcan el camino hacia la salvación
En el empate número 15 del Real Valladolid en esta Liga, iguala la cifra de la campaña pasada, uno no sabe si alegrarse por el punto conseguido en San Mamés o llevarse las manos a la cabeza por los primeros 45 minutos que regaló el equipo. ¿Cuál sería el resultado si los pucelanos hubiesen propuesto un juego ofensivo todo el partido? Nunca lo sabremos. El once inicial planteado por Sergio González de inicio, con dos medioscentros de corte defensivo, hacía muy difícil pensar en que el equipo pudiera atacar con continuidad, abonado a buscar un chispazo que esta temporada no se está dando. La escasez de volumen ofensivo se vio agravado con los nervios de El Yamiq. No pudo en ningún momento con Villalibre, que le ganó la partida en la mayoría de sus duelos, como en la acción del primero tanto bilbaíno. La primera parte fue para olvidar. O mejor dicho. Para tomar nota y olvidar.
Sin embargo, es hora de ver los brotes verdes. Y es que el Real Valladolid, con la entrada de Míchel y Roque Mesa en el minuto 62 demostró que sabe jugar al fútbol. Esos últimos 30 minutos son el camino hacia la salvación. Con un equipo capaz de mover el balón de lado a lado, de entrar por dentro, de centrar balones y hasta de rematar jugadas a balón parado. La temporada blanquivioleta es tan rara que Orellana, uno de los más bajitos en el campo, cabeceó en el corazón del área y ya se destaca como máximo goleador del equipo con seis tantos. No debe olvidar nadie, y menos Sergio González, tampoco la capacidad de anotar de Shon Weissman. Dos balones le llegaron, los dos para adentro. Lástima que el primero estuviera en fuera de juego. Pero para que el israelí las enchufe le tienen que llegar...
El equipo, a falta de cinco jornadas, está fuera del descenso. No es para tirar las campanas al vuelo porque el calendario es durísimo, pero sí para confiar en que este equipo tiene mucho más de lo que ha parecido en el 75% de la temporada. Lo demostró en San Mamés donde si dura cinco minutos más el partido el equipo se habría llevado los tres puntos. Y buena noticia el regreso de Kiko Olivas, apenas jugó un cuarto de hora, pero demostró personalidad, saber estar y fue partícipe del empate final. Su alegría por volver a jugar es la de todos los blanquivioletas. Aquí nadie se rinde, aquí han de sumar todos.