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REAL VALLADOLID

Kiko Olivas: "Cuando estás fuera del campo sufres mucho más"

El central andaluz ya se entrena con el grupo después de nueve meses de baja y repasa en AS cómo han sido estos meses fuera de los terrenos de juego.

Actualizado a
Kiko Olivas, central del Real Valladolid, ya está listo para volver.
Iñaki Sola/REAL VALLADOLID

El central andaluz del Real Valladolid ya se entrena con el grupo después de nueve meses de lesión, de pasar gran parte de la temporada en el dique seco desde que se destrozó la rodilla en aquel bordillo de Ipurua.

Lleva varias semanas ya entrenándose con el grupo, ¿cómo se encuentra?

Me encuentro bien, estoy haciendo las sesiones enteras con el grupo, me estoy acoplando bien a todo, aunque también es verdad que me falta un poco de ritmo. Me faltan un poco los movimientos concretos que se cogen con los partidos, pero estoy contento por cómo responde la rodilla.

La Liga acaba el 22 de mayo, ¿le dará tiempo a jugar?

Yo creo que sí. He completado varias semanas de entrenamiento normal. Estoy como uno más de la plantilla, me voy encontrando bien y ahora sólo es cuestión de que cuando el míster me vea en condiciones, porque es el que decide, me meterá en convocatoria y estaré disponible para ayudar al equipo.

¿Se atreve a ponerse una fecha para volver a jugar?

Ya te digo que yo ya estoy, es más una cuestión de juntarnos para ver cuándo es lo más conveniente, que haya menos riesgo y, a partir de ello, cuando el míster me vea bien ese será el día. Yo tengo muchas ganas y estoy deseando que llegue es momento.

El equipo tiene cinco centrales y, sin embargo, ha habido partidos en los que sólo había disponible uno. ¿Esa cuestión le ha presionado para intentar volver antes?

La verdad es que la situación de este año ha sido peculiar en esa posición. Empecé yo, pero había jugadores disponibles y no se han dado las situaciones para que puedan rendir y que puedan contar con ellos en plenitud. Y hemos tenido que hacer lo que hemos podido en esta temporada, pero nosotros teníamos un plazo de recuperación, hemos trabajado sobre el mismo sin pensar en lo que pasaba. Las circunstancias son las que son y pensaba en estar disponible lo antes posible para ayudar al equipo a conseguir el objetivo por lo que estas últimas semanas estamos apretando al máximo.

¿Cuántas veces ha pensado en aquel bordillo de Ipurua?

No le he dado muchas vueltas a aquello. Son cosas que pasan en el fútbol. Me he centrado en la recuperación, en el regreso que en el accidente en sí.

¿Sabía que días después de aquello que le sucedió a usted se quitó aquel bordillo?

Me alegro de que se den las condiciones idóneas para que los jugadores estemos seguros e intentar evitar lesiones de gravedad como la que yo sufrí. Siempre que haya medidas para que no sucedan estos accidentes, mejor.

¿Cuál fue el peor momento?

El momento de conocer la noticia, tenía la esperanza de que no fuera tan grave, pero conocer el alcance de la lesión, el tiempo que supone, fue duro, con las circunstancias que se dieron, cuando todo estaba tranquilo, disfrutando. Fue fastidiado. Y, además, el principio. Me sentía muy impotente de no poder hacer nada. No podía mover la pierna, no la sentía y depender de mucha gente que estuviera pendiente de mí no me gusta. Fueron momentos duros, de dolor, que se incrementaba con esa sensación de incapacidad.

Entre las cosas positivas, al menos, ha podido disfrutar mucho de su familia...

Es verdad, hay muchas cosas positivas. A lo mejor cuando estás a pleno rendimiento, centrado en los partidos, no nos damos cuenta. He tenido este tiempo, lo he podido disfrutar, soy una persona muy familiar y al no tener que viajar, especialmente los fines de semana, he pasado mucho tiempo con la familia, con los niños. Ha sido algo muy positivo y a tener en cuenta. He podido conocer también otros aspectos del fútbol que no conocía. Mucha gente que tenemos alrededor, en el club, que son fundamentales porque sin ellos no se vería el rendimiento que tenemos y lo que se ve de puertas hacia fuera.

¿Cómo ve usted al equipo desde fuera?

Yo este año lo sufro mucho porque cuando estás fuera lo sufres mucho más. Cuando estás dentro lo ves diferente. Creo que en tres o cuatro partidos si hubiésemos estado acertados en una jugada, no hubiésemos fallado o, simplemente, hubiéramos tenido un poco de suerte pues veríamos todo de manera diferente, pero eso no ha ocurrido. A partir de ahí tenemos que salvar la temporada como sea. Ese es el objetivo. Y, después, valorar lo que no ha salido bien esta temporada porque nosotros, al principio está claro que teníamos otra idea, hubo momentos que parecía que podía ser así, pero fallos, errores o no estar en una última jugada bien, sin suerte, pues hace que estemos donde estamos en la clasificación. Lo que nos queda en estos ocho partidos es aprender de lo que hemos hecho mal en esta temporada y sacarlo.

¿Usted cree que esta temporada hay mejor equipo? Porque en la campaña pasada, por ejemplo, el equipo no estuvo en descenso.

Otras temporadas parecía que no teníamos esa plantilla tan completa, con tanta competencia como quizás haya ahora, pero entre todos, plantilla, club, afición, lográbamos sacar el tema adelante. Y este año con una plantilla muy completa, muy competitiva en todos los puestos, parecía que no íbamos a sufrir tanto, pero la falta de confianza, tantos golpes duros que nos hemos llevado, no poder contar con muchos compañeros por la enfermedad o por lesiones nos ha ido afectando mucho, nos ha minado mucho y no se ha dado la idea que teníamos al principio de la temporada.

Usted no tuvo un primer año bueno en Valladolid, con Luis César, pero después hizo un gran playoff y estuvo a un gran nivel las dos siguientes campañas en Primera, al lado de Calero y Salisu, las dos ventas más caras del club...

Es verdad que la primera temporada no fue bien, llegue tarde, no pude hacer pretemporada, no me pude aclimatar rápido a los compañeros, al club, y eso lo arrastré el resto de la temporada. La falta de confianza me iba minando para no alcanzar el nivel que yo quería. Lo cierto es que la llegada de Sergio fue un clic tanto en mí como en todo el equipo y, por suerte, sacamos ese rendimiento que se presumía. Gracias a Dios, alcancé ese nivel y lo pude dar en los dos años siguientes y si pude ayudar a compañeros a mejorar y al club a tener ingresos, pues me siento satisfecho. Yo vine a trabajar, a demostrar lo que puedo hacer en un campo y a ayudar.

¿Ha pedido una parte proporcional del traspaso de sus excompañeros?

(Risas) No, pero debería. Mucha gente me lo dice, pero yo siempre digo que el mérito es exclusivo suyo porque tienen el nivel y la capacidad para hacerlo bien, tanto Calero y Salisu, y yo estaba a su lado, tenía que ser su acompañante, orgulloso de serlo, y tenía que ayudarles en las deficiencias que pudieran tener. Es gracioso, muchos me lo dicen, que podía haberme llevado algo, que nunca viene mal.

Siempre se echa de menos al que no está, pero a usted se lo habrán dicho cientos de veces en estos meses, ¿no?

La verdad es que estoy contento porque sí que he sentido el apoyo de la gente y la verdad es que en mi situación, pasándolo realmente mal, pues ir por la calle paseando con la familia y que la gente te lo diga, te anima bastante. Estoy muy contento por este apoyo porque es fundamental y primordial para mí. Entiendo que esa añoranza es a todo lo que había, no sólo a mí, pero me quedo con el cariño de la gente y para mí es un orgullo que la gente de Valladolid me apoye en esta situación tan complicada.