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El medio es el mensaje

Cuando se preguntan qué falló en este primer intento de constituir la Superliga Europea hay varias causas, pero sin duda, uno de los grandes errores ha sido la estrategia de comunicación.

Recordemos que la Copa de Europa nació como un proyecto europeo auspiciado por L'Équipe, una de las publicaciones deportivas más prestigiosas del siglo XX.

La primera entrevista que el presidente de la SLE concedió fue a El Chiringuito un lunes por la noche. Es un programa que cubre a la perfección las necesidades de un nutrido grupo de oyentes, pero su mecanismo informal tal vez no fuera el altavoz más indicado para transmitir un proyecto de esta envergadura. Lo más adecuado hubiera sido estrenarse en un medio de alcance internacional y enfrentándose a preguntas incómodas.

El problema añadido fue que la entrevista la ofreció Florentino Pérez sin acompañantes de otros clubes y, eso dio la impresión de que sólo al Real Madrid le interesaba la Superliga, cuando está claro que, hasta hace tres días, once clubes más estaban encantados con la idea. El exceso de protagonismo de Pérez hizo que la audiencia no percibiera a los doce equipos como un colectivo. Tanto es así, que la UEFA, con modales de matón de discoteca, ha amenazado únicamente al Real Madrid con su expulsión de la Champions.

El revés ha sido aprovechado por los clubes ingleses y también por la UEFA, que han construido otro relato para reivindicarse como adalides del fútbol verdadero. Los británicos, aterrorizados por la reacción de su gobierno, procuran transmitir la idea de que se han bajado del goloso barco para respetar a sus hinchas, que no desean estar en la SLE. Ceferin, presidente de la UEFA, viendo que hay un organismo que amenaza su monopolio, ha llegado a hablar de "valores humanos" (sic) cuando ha sido su exhaustivo modelo de explotación y su inmovilismo lo que ha contribuido a llegar a esta situación. Todos hablan de salvar el fútbol, pero sólo quieren salvarse a sí mismos. Su mensaje es el miedo