El Atlético piensa vender cara su piel

El Madrid y el Barça ya se le han echado encima, el Madrid incluso fue líder por 24 horas, pero el Atlético, aun con el agua al cuello, no piensa rendirse. Ayer le sacó el empate a un buen Betis gracias a un esfuerzo enorme con el que trató de compensar la acumulación de bajas en su ataque. Ya saben, fue sin Luis Suárez ni Llorente, tampoco cuenta con Dembélé, víctima hace unos días de un desmayo cuyas causas aún no están determinadas, y además ayer João Félix, que estuvo en el rapidísimo y magnífico gol de Carrasco, se marchó lesionado nada más empezar la segunda parte. El empate parece poco, pero no lo es, vistas las circunstancias.

Bastó escuchar a Koke al final del partido: estaba contento. “Todo está en la cabeza”. A pesar de la gran ventaja desperdiciada, el Atlético aún cree. Lo pasó mal en una larga fase del segundo tiempo, en la que el Betis llegó bien pero remató mal (y cuando lo hizo bien, para eso está Oblak), pero el partido murió en el área del Betis con un Correa que se mantenía en pie por pura voluntad obligando a Claudio Bravo a intervenciones extremas. Después de todo, creo que los dos dieron por bueno el empate. Al Betis le sirve para estar en zona europea, su anhelo. Al Atlético le reinstala en el liderato, cedido sólo provisionalmente y por unas horas.

LaLiga está en un pañuelo, se decía en estos casos. Tres favoritos en dos puntos. El Madrid está enzarzado en la Champions y ya hasta Zidane confiesa que están fundidos. A favor tiene ese espíritu que viene de la noche de los tiempos y que hasta le ha valido el reconocimiento de Cristóbal Soria, su azote, en El Chiringuito. El Barça tiene cierta facilidad para enredarse en sus fantasmas si anda el Madrid por ahí, y bien se vio ayer con las reacciones de Koeman y Piqué. Y le aparece una final de Copa en el camino hacia LaLiga. El Atlético ha perdido sus inmensos ahorros, pero no abandona. Está dispuesto a vender muy cara su piel.