Zidane guía a Vinicius

Hay partidos que cambian de verdad el destino de un jugador. Todos lo sabemos. Y, sin ninguna duda, la ida de cuartos de final de la Champions del pasado martes quedará como el parte de nacimiento de Vinicius Junior. El día en que se convirtió en un futbolista digno de la historia del Madrid. El joven brasileño salió de la crisálida y se convirtió en otro. No lo digo sólo por los dos goles decisivos, el primero y el tercero, que anotó frente a todo un Liverpool sino por la forma en que los marcó. Los hizo con la tranquilidad dentro de la rapidez de ejecución, con la seguridad dentro del entusiasmo, con la lucidez dentro de la presión. Todo lo que, hasta ahora, parecía lastrarle y decepcionar a los aficionados desapareció en el campo.

Así que debemos reflexionar sobre las razones que han llevado a Vinicius a llegar a este nivel. Aquí está su talento, por supuesto, sus ganas, por supuesto, su capacidad de escucha, por supuesto. Pero están también todo el trabajo y las palabras de Zinedine Zidane y de David Bettoni que, cada día, desde hace meses y meses cuidan del brasileño y le dicen esta frase mágica: "No puedes hacer todo a mil por hora, tienes que poner pausa en tu juego". Parece que el mensaje ha calado y que Vinicius ha aprendido a canalizar su excitación para finalizar mejor sus electrizantes jugadas. Un logro personal y colectivo.