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Enganchados a Messi 768 tardes

Histórico. Messi cumplirá esta noche en Donostia 768 partidos con el Barça y se convertirá, ahora sí, en el jugador que más veces ha vestido la camiseta azulgrana. Aunque el club ya le rindió tributo el lunes con una lona en la que le dibujaba abrazado a Xavi y “tocando el cielo”, el homenaje es diario ya. Vive el Barça, de nuevo, momentos emotivos con su icono. La imagen de Messi votando con su hijo Thiago en las elecciones enterró para siempre el episodio del burofax. El barcelonismo ha vuelto a unirse en torno a él y, ahora que no hay público, resultó significativa y emotiva la estampa del pasado miércoles en la investidura del nuevo presidente. Cuando Laporta le tocó la fibra (“si el campo estuviera lleno, no te podrías ir”), el auditorio volvió su vista hacia Leo y rompió a aplaudir, como simbolizando la ovación que le darían cien mil personas. Si alguna vez algo se rompió, ya está cosido.

Repertorio. De Messi se suele decir que ya ha jugado sus diez mejores partidos con el Barça. Y puede ser. Pero lo increíble es que siempre es posible ver algo nuevo en él. El gol de París, con un golpeo violento que recordó más al de futbolistas de otra época como Eder o Hagi, no estaba aún recogido en su catálogo, más lleno de toques distinguidos, como la maravilla que se sacó de la chistera contra el Huesca. El disco duro de Messi todavía acepta información. Y Koeman, fantástico cañonero en su época de jugador, ha metido en la cabeza de sus jugadores rematar más desde fuera del área.

Futuro. Es difícil saber qué pasa por la cabeza de Messi. Hay una corriente que da por hecho que los dos últimos discursos de Laporta son los de alguien que sabe que, irremediablemente, se va. Otros, sin embargo, meten en la coctelera argumentos para cargarse de fe en la renovación. La llegada de un conocido a la presidencia, su buen feeling con Koeman; su nuevo reciclaje táctico, que ya llevó a cabo con éxito en 2009 y 2015. Su eterna conexión con Alba, su entendimiento con Busquets, su complicidad con los jóvenes Pedri e Ilaix. En fin, la reconstrucción futbolística del Barça. Eso, sin embargo, no ha sido suficiente para poner un pie en cuartos de la Champions. Un paso atrás que hacía 14 años no daba. Que Messi quiere volver a reinar en Europa antes de retirarse es obvio, pero quién lo asegura en otro destino. Y, sobre todo, ¿es suficiente para cambiar tanto reconocimiento? Efectivamente, si el Camp Nou estuviese lleno, no se podría ir 768 tardes después.