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Ahora resulta que el Madrid es favorito

El lado del cuadro. Vivimos tan deprisa, sin dar un pequeño margen a la reflexión, que un palmarés inigualable, una buena actuación ante el Atalanta y el resultado del sorteo han disparado al Real Madrid en las quinielas para conquistar de nuevo la Champions League. Fernando Morientes argumentaba hace unos días que lo realmente difícil es llegar a cuartos y que, después de eso, puede pasar de todo. Es evidente que el Madrid cuenta con la ventaja de que muchos de sus jugadores y su entrenador ya conocen bien el camino al éxito, pero este año, más que ningún otro, por su peculiaridad, por los efectos colaterales de la pandemia, no hay pronóstico que se sujete sobre ninguna certeza. Algunos dirán, pero es que el Liverpool tiene problemas en defensa, pues como el Madrid en ataque. Los buenos van por el otro lado del cuadro, pero el único temible de verdad es el Bayern. No hace falta recordar que solo dos de los cuartofinalistas no han ganado nunca la Champions: PSG y City.

La patochada de la UEFA. Para colmo, al Madrid podría ocurrirle como al Atlético ante el Chelsea, que tenga que buscarse país o estadio neutral donde pueda viajar la expedición inglesa. Habrá que ver cómo evolucionan los datos en los próximos quince días. En cualquier caso, es una auténtica aberración que se beneficie al club del país donde se origina la prohibición. Se puede justificar que el Madrid tenga que ir a Bucarest de local, pero es inconcebible que, si eso ocurre, no se juegue la vuelta también en campo neutral. Eso, o se quita el valor doble de los goles en campo contrario. Es una chapuza, por mucha corrección impostada de aceptar las reglas, aunque sean malas. Al menos, el Madrid ha tenido la fortuna de jugar martes y miércoles, para poder afrontar El Clásico entre medias, con mayor margen de descanso entre partidos.

El milagro del Granada. Hacer la mejor temporada en tus 90 años de historia y que tu público no lo pueda estar viviendo en el estadio no debería conjugarse junto. Hay que frotarse los ojos y aplaudir a rabiar lo que están haciendo Diego Martínez y su equipo. Junto al Dinamo de Zagreb, próximo rival del Villarreal, están escribiendo la heroica página futbolística del año. Se viene el Manchester United, eliminatoria para disfrutar, con nada que perder y todo por soñar. Si se han levantado de brotes pandémicos, de un cúmulo de lesiones coincidentes en el tiempo, si se ha minimizado al Nápoles y al Molde, si mezclas con arte veteranía y juventud o eres magnífico a balón parado, al menos te has ganado la licencia para creer que es posible. Hace falta mucho más que un gran nombre para tumbar a este equipo de época.