Los motivos de un declive
Una debilidad sorprendente. Nadie podía pronosticar que el intratable campeón de Europa de 2019 y de Inglaterra de 2020 iba a llegar al 2021 convertido en un conjunto tan vulnerable. Los de Klopp van ahora mismo sextos clasificados en la Premier, a 25 puntos del líder, el Manchester City, y a 5 de unas plazas Champions que se alejan peligrosamente. ¿Qué ha podido cambiar tanto en tan poco tiempo? La explicación más extendida tiene que ver con las bajas de larga duración en la línea defensiva y con los efectos que éstas han producido. La ausencia de Virgil van Dijk impide que el equipo se sienta tan seguro como antes a la hora de defender con la línea adelantada y de acompañar la presión alta de los atacantes con todo el bloque. Además, que también hayan caído Joe Gomez y Joel Matip ha provocado que Klopp se haya visto obligado a reconvertir a centrocampistas en centrales, con Henderson y sobre todo Fabinho retrasando su posición. De esta manera, la línea medular también ha sufrido demasiados retoques y ha dejado de funcionar como un reloj. Todo ello conllevó que los resultados empezaran a empeorar y que la confianza decayera también en las posiciones de ataque, donde el trío estelar Salah-Mané-Firmino parece haberse contagiado de la incomodidad provocada por el agujero defensivo.
Definir una pareja. En la Champions League, el bajón del Liverpool prácticamente no se ha notado, pero la eliminatoria ante el Real Madrid es ya de máxima exigencia y requiere que el cuadro de Anfield ofrezca una fiabilidad a la altura de los cursos precedentes. Klopp no ha encontrado ninguna estabilidad en la pareja de centrales, donde los cambios han sido múltiples y no ha podido afianzarse ninguna dupla con continuidad. Los jóvenes Nathaniel Phillips y Rhys Williams han tenido muchos más minutos de los que el propio club esperaba, y el fichaje de emergencia de Ozan Kabak en enero, procedente del Schalke 04 alemán, no puede ofrecer garantías inmediatas porque el joven jugador turco no es aún un producto acabado y viene de competir en un contexto de depresión generalizada en el colista de la Bundesliga. Casi se podría decir que Fabinho ha sido el mejor central del curso, y Klopp tiene poco tiempo para consolidar una pareja que llegue al duelo ante los blancos con suficientes automatismos.
Alexander-Arnold también lo acusa. El mal momento colectivo ha penalizado al joven lateral derecho, que hasta hace muy poco estaba considerado como uno de los mejores del mundo en su puesto. El jueves pasado, Southgate le dejó fuera de la convocatoria de Inglaterra y llamó en su puesto a Kieran Trippier, Reece James y Kyle Walker. El seleccionador lo explicó argumentando que ve al jugador del Liverpool bastante por debajo de su nivel habitual.
Thiago: difícil adaptación. Ya parecía un proceso complejo encajar los ritmos pausados del talentoso centrocampista español en una medular de presión y vértigo como la del Liverpool. La mala dinámica del equipo y las modificaciones permanentes de sus acompañantes lo han ralentizado todavía más. Klopp le ha defendido ante las numerosas críticas recibidas por parte de la prensa inglesa.
La estrella: Salah. El delantero egipcio, decisivo en la victoria ante el Leipzig en los octavos de final, es el que más cerca está de su nivel de antaño. Al final, por muy mal que esté el equipo, no deja de tener mucha calidad arriba.
Lo + : El fichaje de Jota. Dentro de un año en el que casi todo ha salido mal, la aportación del joven portugués Diogo Jota, firmado del Wolverhampton, ha sido la noticia más positiva. Refuerza aún más un ataque de mucho nivel.
Lo - : Las concesiones defensivas. Nadie se salva en este apartado. Incluso Allison ha perdido su condición de salvador casi infalible y ha cometido varios errores groseros. La mala racha está afectando a todos.