El Madrid toma oxígeno

Rusia ha estado a punto de helar al Real Madrid, pero finalmente ha salido vivo del frío. Un torrente de lesiones, que elevó la enfermería a cinco jugadores durante el pasado fin de semana, y una progresión irregular en los últimos diez partidos, de los que sólo había ganado la mitad, habían colocado al equipo blanco en una delicada situación para afrontar esta doble jornada europea en Moscú y San Petersburgo. Dentro de lo malo, al menos iba a jugar uno de esos dos encuentros ante el peor equipo del torneo, que encadenada 17 derrotas y no ganaba desde el 17 de noviembre. Una oportunidad para respirar. Pero el Madrid perdió el martes inesperadamente ante el Khimki y se metió en un buen lío para clasificarse entre los ocho primeros y acceder al playoff de la Euroliga. La tabla está igualadísima en esta recta final. Y el calendario es duro. El choque del jueves ante el Zénit de Xavi Pascual, un rival directo, se presentaba clave. Otra derrota comprometía mucho el pasaporte a falta de seis jornadas. Pero el Madrid ganó. Con sufrimiento, pero ganó. Una bombona de oxígeno.

La victoria ante el Zénit no es definitiva, todavía queda trecho, pero enmienda el tropiezo ante el Khimki. Volver de Rusia con un triunfo y una derrota sí entraba en lo previsible. Ahora faltan seis partidos, de los que el Madrid tendrá que ganar dos, aunque quizá deban ser tres. El largo esprint final presenta dos puertos de categoría especial en la primera parte, el Barça y el CSKA, los dos más fuertes de esta Euroliga. Y luego cuatro rivales de diferente pelaje: Villeurbanne, Efes, Olympiacos y Fenerbahçe. Cabe la posibilidad de que la clasificación, en la que también están implicados Baskonia y Valencia, no se decida hasta la última jornada, los días 8 y 9 de abril. Y todo apunta a que cada duelo será una agonía, como ya le sucedió este jueves al Madrid, que entró al último cuarto seis puntos por debajo. Aún toca sufrir.