Un regalo para la ACB

La ACB conmemoró este miércoles el 39 cumpleaños de su fundación. Y para festejar la fecha, su presidente, Antonio Martín, acudió a los Desayunos Deportivos de Europa Press. Durante su exposición proyectó una fotografía en la que se le veía con Jorge Garbajosa, su homólogo en la Federación, junto a una leyenda: ‘Baloncesto solo hay uno’. En honor a esa afirmación, la jornada pareció conjurarse para celebrar mucho basket en las competiciones más diversas: hubo partidos de la NBA, aderezados con el anuncio de los concursos del All-Star; de la Euroliga, de la Eurocup, de la Champions FIBA, un aplazado de la propia Liga Endesa, las vísperas de la Copa de la Reina… Por haber, incluso fue el día elegido por Pau Gasol para aterrizar en Barcelona, lo que Martín definió como “un regalo para la ACB”. Todo es baloncesto.

Sin embargo, de las reflexiones de Antonio Martín se deduce que hay otro regalo de cumpleaños demandado por la ACB desde hace semanas, que quedó aplazado por la tercera ola de la pandemia, y que espera recibir pronto por parte de las autoridades españolas: el regreso del público. El expívot explicó que, a diferencia de la otra liga profesional, la de fútbol, estos ingresos suponen una parte importante de las partidas y de la subsistencia de los clubes. Un estudio interno cifra el ticketing en torno al 23% de los presupuestos. En el último año, desde el fatal marzo de 2020, un total de 2.165.418 aficionados han dejado de acudir a las canchas. Si multiplicamos por una media de 15 euros por entrada, la pérdida se eleva a 32,48 millones de euros, que coinciden, más o menos, con el balance de 33 millones que hizo el CSD de la temporada 2018-19. La ACB, ejemplar en los protocolos anti-COVID en la burbuja de Valencia y en torneos posteriores, se ha ganado el derecho a la asistencia escalonada a las gradas, a un voto de confianza, como ocurre con la cultura. Siempre sin perder la prioridad: la lucha contra el virus.