Cuchíbiri

Cuchíbiri no es el nombre del último fichaje del Atleti, ni el seudónimo del árbitro del VAR que hace poco nos tuvo el alma en vilo más de tres minutos en el campo del Villarreal. "Y no estaba muerto, no, no, estaba tomando cañas", dice la gran rumba del enorme Peret. Y "cuchíbiri" es la guinda de esa letra y de esa rumba. Tuve la fortuna de tocar esa canción muchas veces en la primera gira de Serrat y Sabina, hace ya unas cuantas Ligas.

Al Atleti le pasa algo parecido, pero cambiando cañas por aire. No estaba muerto, estaba tomando aire. Las cañas ya vendrán en mayo o junio. Yo invito. Es prácticamente imposible mantener ese ritmo de competición que llevaba el equipo sin tener un bajón en toda la temporada. Había que tomar aire, cuchíbiri, cuchíbiri. Ahora vienen al Metropolitano Real Madrid y Athletic, y dos posibles victorias ante ellos nos pondrían rumbo a Marte.

El bajón atlético ha coincidido con la baja de Trippier, y la desaparición momentánea de su asociación con Llorente, mejor jugador del Atleti en lo que va de temporada, según mi humilde opinión. Ahora empieza lo bueno, el último tercio del campeonato, y ahí se verán las fuerzas y el aire. A ver si recuperamos a tiempo a Trippier y se consolida su sociedad con Marquitos, que desde que ha cambiado de peinado nos han pasado cosas. ¡Vuelve a la peluquería, Marcos! Me extraña que el rey Simeone, rey de la superstición, no le haya dicho nada de su pelo al chico talentoso.

Hablando de superstición, las dos únicas veces que he viajado con el equipo a ver partidos Champions han sido a Liverpool y a Londres. En Anfield y en Stamford Bridge vi dos remontadas épicas del Atleti las dos únicas veces que viajé con ellos. Así que estírate, Cholo, y cuélame por los pasillos del estadio londinense si quieres que nuestro equipo pase de ronda. Todavía recuerdo que ese día yo llevaba mi jersey amarillo de Courtois, y que el portero se dio cuenta y me señalaba y saludaba desde el campo; de amarillo y con el número 13, como para no llamar la atención… ¡Cuchíbiri, cuchíbiri!