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Pau Gasol juega la prórroga

El pasado jueves colgó un vídeo con varias acciones en ataque, acompañado de la siguiente leyenda: “Cada semana más fuerte y con mejores sensaciones”. El eco de esa esperanzadora frase retumbó este sábado con la noticia, una gran noticia, de su regreso al baloncesto profesional. Pau Gasol vuelve a casa, al Barça, 20 años después de su marcha a la NBA. Su objetivo es sentirse otra vez jugador, pero sobre todo darse una oportunidad para disputar los Juegos Olímpicos de Tokio, sus quintos y últimos Juegos. Para ello ha llamado a una puerta amiga, la del club de sus orígenes. Aquí se reencontrará con Mirotic, con quien jugó en los Chicago Bulls. Y con el entrenador Jasikevicius y el directivo Nacho Rodríguez, que fueron sus compañeros en aquel Barcelona victorioso de 2001. Gasol llega al límite del cierre del mercado de la Euroliga, el próximo 24 de febrero, y jugará prácticamente gratis, por una cantidad muy lejana a su historial. Pero no es dinero lo que ha buscado Pau, sino tener una despedida a su altura, poder jugar esa prórroga que el aplazamiento de Tokio 2020 le ha concedido.

El suceso es una gran noticia por múltiples razones. Lo es para Gasol, que volverá a competir en un gran equipo al máximo nivel. Lo es para el Barça, que recupera a uno de sus iconos. Lo es para la ACB, que eleva su dimensión. Lo es para la Euroliga, por el mismo motivo. Lo es para la Selección, que abrirá los brazos a su líder de los últimos años. Lo es para Tokio, que recluta a otra estrella. Y lo es para el deporte español, que no olvida a sus héroes. Dicho esto, hay que desearle suerte, mucha suerte, porque a nadie se le escapa tampoco que Pau Gasol lleva dos años sin jugar por su grave lesión en el pie izquierdo, desde marzo de 2019, y ya ha cumplido los 40. La exigencia en el Barça será estratosférica, casi tan grande como en la NBA. Su fuerza de voluntad y el cariño que le profesa esta casa deben convertirse en sus mejores armas.