Nadal cae ante sus armas
Vayan por delante dos datos para entender el alcance de la victoria de Stefanos Tsitsipas sobre Rafa Nadal. Por un lado, sólo existía el antecedente de un jugador que había remontado dos sets al español en 255 partidos: Fabio Fognini, en el US Open de 2015. Fuera del Grand Slam también cedió ante Roger Federer en Miami en 2005, en el inicio de su carrera, cuando los Masters 1000 se disputaban a cinco mangas. Por otra parte, los dos primeros parciales conquistados este miércoles por Nadal ante el griego elevaban su racha a 35 sets consecutivos, sin perder ninguno, con lo que igualaba la segunda mejor marca de siempre, en posesión de John McEnroe, y se quedaba a uno de Federer. Estos registros sitúan en contexto el enorme mérito de Tsitsipas ante uno de los grandes de la historia.
El análisis de por qué Nadal perdió un partido que tenía ganado puede apoyarse en diferentes factores. Quizá influyó su deficitaria preparación de Australia por la lesión de espalda. O tal vez el descanso extra que tuvo el heleno por la retirada de Matteo Berrettini. O incluso podríamos simplificarlo en que, a pesar del dominio de Nadal sobre la Next Gen, los jóvenes evolucionan con un año más de experiencia, mientras que el balear carga un año más en el carnet de identidad. Todas estas cosas han podido afectar, claro, pero ninguna fue la razón decisiva de la derrota. En realidad, no hay excusas. Nadal perdió un partido de tenis ante las mismas armas que otras veces le hicieron ganador. Rafa había dominado los dos primeros sets en 1 hora y 18 minutos, con solvencia, pero Tsitsipas nunca se rindió y esperó su oportunidad. ¿Les suena? En el desempate del tercero cometió unos errores impropios que le dejaron groggy para el cuarto. Y el quinto ya fue casi una lotería. Nadal sucumbió por pequeños detalles y por el tesón de su rival. Por las mismas cosas que otras veces, muchas veces, le han hecho vencedor.