Jasikevicius deja un mensaje en Madrid

Sarunas Jasikevicius, gran estratega, no se fiaba demasiado, a pesar de que el Barça lo había bordado en la primera mitad y se había marchado al vestuario con 21 puntos de ventaja: 31-52. “No somos muy buen equipo cuando jugamos con ventaja”, dijo el lituano en el micrófono de Movistar, en un discurso que se le ha escuchado durante gran parte de la campaña y que había tenido su reflejo el día anterior, cuando el Baskonia se le acercó peligrosamente en el último cuarto de un partido que tenía dominado. “¿Ya estáis pensando en mañana?”, les espetó entonces Saras. El técnico azulgrana desconfiaba, y hacía bien, porque enfrente tenía al Real Madrid de Pablo Laso, especialista en vadear las situaciones más complicadas, que esta vez habían empezado con la baja inicial de Rudy Fernández. El más difícil todavía.

No sabemos si Jasikevicius planteó ese escenario apocalíptico porque pensaba de verdad que la remontada blanca era posible, o si lo utilizó como acicate para mantener despierto a su equipo ante las previsibles embestidas del Madrid, pero la cosa le salió bien, porque esta vez el Barcelona no cayó en las relajaciones de otras ocasiones. Los de Laso, por supuesto, enseñaron unos dientes hasta entonces escondidos y ganaron los dos cuartos restantes, incluso se acercaron a 11 puntos a falta de tres minutos y medio, pero el Barça no rebajó la alta tensión. Como quería Saras. La lección estaba aprendida.

Jasikevicius logra así su primer gran título en el banquillo azulgrana con su pléyade de estrellas. Y lo hace, además, en el supuesto ideal: en casa del eterno rival. La maldición del anfitrión se prolonga en la Copa, especialmente para el Madrid en Madrid. Aquí ha disputado cinco infructuosas ediciones, las tres últimas perdidas en finales directas ante el Barcelona (2011, 2019 y 2021), lo que escuece mucho más. El Barça volvió a bailar en la capital. Esta vez con rotundidad. Y dejó un nítido mensaje para el resto de temporada, el mismo que expresó Álex Abrines al término del choque: “A este nivel somos imposibles de parar”.