La ciudad de los récords

La leyenda del deporte se escribe con nombres propios. De deportistas y de equipos. También de lugares: de estadios, de pabellones, de circuitos, de montañas... y de ciudades. Valencia pide paso entre estas últimas a través del atletismo, después de haber acogido cuatro récords mundiales durante este difícil 2020: Rhonez Kipruto, 26:24 en el 10 kilómetros ruta, en enero; Letesenbet Gidey, 14:06.62 en 5.000 metros, y Joshua Cheptegei, 26:11.00 en 10.000, ambos en octubre; y Kibiwott Kandie, 57:32 en media maratón, el reciente 6 de diciembre. Esta última plusmarca fue superada por cuatro atletas diferentes, todos ellos por debajo 58 minutos, en una gesta sin precedentes desde los 800 metros femeninos de los Juegos Olímpicos de Montreal 1976. Fue un domingo mágico, porque entre la Maratón y la Media se sumaron 61 mínimas olímpicas, 77 marcas personales y 11 récords nacionales, entre ellos el de España de Ayad Landassem (2:06.35). El registro de Evans Chebet (2:03.00) situó a la de Valencia como la tercera maratón más rápida, detrás de Berlín y Londres. Dos cunas del atletismo.

La lluvia de plusmarcas tiene varias explicaciones. Nada es casualidad en el deporte. La principal es la labor de la SD Correcaminos y la inversión de Juan Roig a través de la Fundación Trinidad Alfonso, que con un exhaustivo trabajo han logrado exprimir los beneficios que ofrecen la ciudad y el atletismo actual. La sede es ideal, con un circuito llano a nivel del mar. La selección de atletas y de liebres tradicionales también es puntillosa. Y luego hay que añadir la tecnología, que toma forma en las zapatillas voladoras de la última era y en las liebres lumínicas. Todo ello forma un cóctel que Valencia ha convertido en explosivo. Se trata de crear oportunidades o de saber aprovecharlas. Incluso en tiempos de pandemia. Se hace llamar la Ciudad del Running. Ya vemos que no es presuntuoso.