El Nápoles nos debe una

Sí. Han leído bien. Nos debe una, y estaría bien que nos la devuelva este jueves. Sin más dilación. No queremos esperar más, que luego los intereses suben y ya se sabe que es más complicado devolver lo que se debe. No hay ningún contrato firmado. Es más bien un pacto verbal, ya me entienden. Aunque dudo mucho que vayan a querer hacer la devolución a tiempo. Porque el coste puede ser demasiado caro. Pero el Nápoles le debe una a la Real Sociedad. Y es de bien nacidos ser agradecidos. Lo cobramos ya, y asunto arreglado. Aquí paz y después gloria.

¿No? ¿No os parece bien? Ah, ¿que no os creéis que el Nápoles le deba algo a la Real? A ver, os lo voy a contextualizar. Segunda jornada de esta fase de grupos de la Europa League. El equipo de Gattuso llegaba muy exigido a Anoeta, porque había perdido la primera jornada en casa contra el AZ Alkmaar. Y ganó en San Sebastián con un gol de Politano con mucha fortuna, porque su disparo pegó en la cabeza de Sagnan y despistó a Remiro. La Real no quiso hacer sangre, entendió su necesidad... y perdió. Pudo ganar, porque le pegó un baile de no te menees. Pero no marcó. Hay que saber entender las necesidades de los demás. Tener un poco de empatía. Ya más adelante nos cobraríamos la deuda. Ese día ha llegado. La Real necesita cobrarse esa deuda, que sino igual no viaja más por el continente esta temporada. Y no es plan. Así que bueno... eso, ya sabes, Nápoles.

Es que, encima, Nápoles, entiende que vamos sin Silva y Oyarzabal, nuestros mejores jugadores. No es justo que ganes así, si ya te cedimos los tres puntos de Anoeta. Sé comprensivo. Sí, ya se lo del estadio Diego Armando Maradona, que estrenáis el nombre del mito. Pero ya si eso le rendís homenaje el domingo contra la Sampdoria, que es el equipo ante el que jugó su último partido con el Nápoles. Que hay que saber elegir los momentos. ¿No os parece?

Es que, a ver, si no hay acuerdo, pues jugamos en serio, y ya está. Porque preparados estamos, eh. No te creas. Aún con bajas importantes, yo creo en esta Real. Y no entiendo a quien no tenga fe. Puedo comprender el temor, claro. El escenario, el contexto y las noticias no ayudan a soñar mucho. Pero esta Real de Imanol Alguacil se ha ganado el derecho a que creamos con ellos con una fe ciega. Porque argumentos (y mucho fútbol) tenemos. Y como no creo que el Nápoles esté muy por la labor de cumplir con nuestro pacto, pues habrá que sacar a relucir todas nuestras armas. Así que, amigo txuri-urdin, sueña a lo grande, que la Real es muy grande, y está hecha para retos grandes. Y con todo lo que nos está haciendo disfrutar, sería tan injusto que no se clasificara... ¡Que no vaya a ser el fútbol en general el que nos vaya a deber algo!