Cristiano y Buffon amargaron a Messi
Si nos atenemos al resultado, el predicado duelo Messi-Cristiano lo ganó el segundo, tanto por sus dos goles como porque la Juve consiguió una victoria rotunda. Pero mirado de cerca, el que de verdad le ganó el duelo a Messi fue Buffon, imponente a sus 42 años, ya casi 43, que le negó el gol al argentino en al menos tres intervenciones magistrales. El Barça perdió, pero esta vez no vimos al Messi pasivo y ceñudo de otras veces. Si sigue enfadado, al menos lo disimuló y jugó bien. No tiene ya 26 años, ni los volverá a tener, pero jugar así todavía está a su alcance. La pena es que a su alrededor el equipo no estuvo a la altura de las circunstancias.
En cuanto a Cristiano, estuvo en el papel que el partido le exigía: contraatacador, merodeador e implacable transformador de penaltis, el primero de los cuales me pareció riguroso, como se decía en tiempos. Y cuando hizo falta, bajó, y hasta se anotó un robo a Messi en el área, cuando éste salía de hacer un caño impecable y enfilaba a puerta. Disgusto, en fin, para el Barça, que pierde la primera plaza y pierde la paz que le hubiera dado una victoria. Al menos el Sevilla sí ganó, con autoridad. Pasan los dos como segundos, que no es el ideal, pero siguen. Ojalá esta noche podamos decir lo mismo de los dos madrileños.
La noche nos deja el suceso feísimo de París, donde PSG y Basaksehir abandonaron a una el campo por causa de la forma del cuarto árbitro, el rumano Sebastian Coltescu, de referirse a un jugador como ‘el chico negro’. Sin ánimo de ofender, dijo después. Sin ánimo de ofender a veces se ofende y hay que evitarlo. Aludir así a alguien no es propio, aunque sea costumbre en el medio en que uno se mueve. Ya veremos cómo encara esto la UEFA, cuando aclare del todo el qué y el cómo, pero este hecho nos sirve para recordar que Europa ya vive hace años un fútbol multirracial (no en entrenadores, si se fijan) y que hay formas de hablar que ahí no caben.