Al equipo ucranio le sentaban mejor las bajas

Mucho más donde elegir. A priori debería ser una buena noticia, pero la realidad es que el Shakhtar rindió mejor cuando su plantilla estaba bajo mínimos que ahora que ha recuperado a la práctica totalidad de los titulares. Aquella plaga de bajas dio oportunidades a futbolistas enormemente interesantes como Maycon o Marcos Antonio que ahora no tienen garantizado el puesto y que se han quedado últimamente en el banquillo tras el regreso de Alan Patrick o Stepanenko. Otros, como los extremos Teté o Solomon, sí consiguieron que sus buenas actuaciones durante ese periodo les dieran continuidad en el equipo.

El debate en la portería. A Luis Castro se le ha abierto un dilema donde parecía no haber ninguna duda. Aunque el veterano Pyatov lleva años mostrando una alarmante irregularidad y costando puntos con errores de bulto, su estatus de indiscutible en la selección y en el propio Shakhtar parecía darse por descontado. Su jerarquía era tan grande que el rendimiento deportivo casi quedaba en un segundo lugar. Cuando estuvo de baja por su positivo en COVID-19, el joven Anatolii Trubin le sustituyó con cierto éxito, por lo que Castro demoró el retorno de su guardameta titular y le dejó en el banquillo unos cuantos partidos pese a estar ya disponible. Pyatov jugó la semana pasada en liga contra el Oleksandriya (1-1) y el Gladbach (4-0), y cuando la decisión de regresar a la normalidad parecía definitiva, Castro dio marcha atrás y le devolvió el puesto a Trubin frente al Dnipro-1 este pasado sábado. De todos modos, muchos analistas lo interpretaron como una rotación pensando en reservar a los que serán fijos contra el Real Madrid.

Los jugadores del Shakhtar, celebrando uno de los goles marcados al Madrid en Valdebebas.

El problema del balón parado. Ya era una asignatura pendiente que les costó goles en contra en su trayectoria europea de la pasada temporada, pero en el último partido ante el Gladbach se agudizó aún más. Tres de los cuatro tantos recibidos llegaron en córneres o faltas laterales. La falta de contundencia de los centrales para alejar el balón, ganar duelos aéreos o seguir a las marcas es extremadamente llamativa en este nivel. El Madrid logró rescatar un punto en Alemania cuando asedió el área rival a base de centros, y aunque quizá no sea la forma más estética de jugar, sería una buena idea usar este recurso frente a los ucranianos viendo su vulnerabilidad. Los de Castro también sufren ante equipos que presionan arriba y que transitan a toda velocidad, algo que explicaría sus dos descalabros frente al Borussia. Dos resultados que han minado (y prácticamente destrozado) la confianza que adquirieron con su histórico triunfo en Valdebebas.

Más pelea en liga que de costumbre. Tras dominar con mano de hierro el campeonato ucraniano en los últimos tiempos (cuatro títulos consecutivos), esta temporada se está presentando mucho más reñida para el Shakhtar. Tras once jornadas, es segundo a tres puntos de un Dinamo de Kiev revitalizado tras la llegada al banquillo de un Mircea Lucescu que era un auténtico héroe en Donetsk. El conjunto naranja ha cedido ya cinco empates en lo que va de liga, y un gol de Teté en el 88' evitó el sexto el sábado en Dnipró (0-1).