Sergio Ramos tiene el récord a mano
Si nada se tuerce, mañana Sergio Ramos jugará su partido número 177 con la Selección, desempatando así con Buffon para el trono de jugador europeo más veces internacional. En el horizonte está el récord del egipcio Ahmed Hassan, 184, ya retirado. Por en medio están, entre otros, el omaní Mubarak (179) y el kuwaití Al Mutawa (178). Sergio sumó el otro día su partido 176 con unos pocos minutos, cierto, pero la inmensa mayoría son jugados a ley, capitaneando y liderando el equipo. Que le ayude algo Luis Enrique lo encuentro natural, y siempre será menos que lo que han sido ayudados sus predecesores en su persecución a Hassan.
Dos partidos vienen ahora, luego seis más antes de la Eurocopa y en esta hay garantía de al menos tres, los de la fase de grupo. Salen once, lo que le daría para llevar el récord más allá de esos 184 de Hassan, saltando también a los citados Mubarak y Al Mutawa. Habrá quien diga que es un récord tonto, pero no. Es bueno para el fútbol español, cuya Selección ha conocido en tiempos pasados tantos fracasos, seguidos de las consiguientes renovaciones expiatorias, que sólo recientemente hemos tenido un grupo consistente con más de cien partidos. Tener el recordman absoluto sería un brillo nuevo para nuestro fútbol de Selección.
Jugador para todo el tiempo, para todo el campo, para todos los campos. Así es Sergio Ramos, que a sus 34 años resiste el doble desafío de jugar en un club de máxima exigencia y en la Selección, algo a lo que muchos renuncian antes de esa edad. Genes, trabajo y afición. Símbolo del Madrid, los antis le cuelgan insistentemente en memes el cartel de cebollino nacional, pero entre sus virtudes está la de ser un tipo desacomplejado al que sus propios errores le afectan. Aquel penalti a las nubes ante el Bayern, tan celebrado, lo resolvió con un panenkazo en la Eurocopa. Ahora encadena 25 sin fallo. Mientras otros ríen, él se esmera.