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Pasaba por aquí, pasaba por aquí, ningún teléfono cerca y no lo pude resistir... decía el maestro y amigo Aute. Pues yo pasaba por aquí, y de repente pensé en hablar del Atleti. Qué raro...

Desde la última columna que escribí en este santo lugar pidiendo a Simeone que me matara han pasado dos semanas y parece que todo va mejor, a pesar del Munichazo. O si son ustedes de buena pronunciación podríamos llamarle Municazo. También admitimos Münchenazo para paladares exquisitos.

Incluso reconozco que vi atentamente el Munichazo con cierta estúpida complacencia y pensando "bueno, el vecino ha perdido, y en casa, y contra uno de los flojos... y al Barcelona le cayeron ocho odiosos, ocho, contra estos asesinos, así que por mal que nos vaya...". Y vi el partido feliz y contento viendo a un Atleti jugando bien, a pesar de todo. Así que ya no quiero que Simeone me asesine ni yo asesinar a nadie. Ya sabéis que mis principios son variables, como los de un tal Marx. Ahí lo dejo.

Nos esperan semanas convulsas para acabar de saber quiénes somos, para saber si somos candidatos al premio Nobel del deporte rey o somos candidatos al concurso de tirar quesos rodando por la ladera de la montaña y perseguirlos.

El Bayern celebra uno de los goles conseguidos ante el Atlético de Madrid.
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El Bayern celebra uno de los goles conseguidos ante el Atlético de Madrid.M. DonatoGetty Images for FC Bayern

La temporada, el campeonato, se gana en estas primeras jornadas y, sobre todo, en las diez últimas, bien lo sabe el bipolar Madrid, bien lo sufre el deprimido Barcelona. Así que los atléticos tendríamos que llegar a Navidades bastante arriba en Liga y habiendo ganado a los flojitos del grupo en Copa de Europa, y tendríamos los deberes hechos para empezar un 2021 que, por suerte, ya no será bisiesto, aunque lo mismo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Natividad (por sus siglas I.N.D.A.) decide lo contrario en un arranque de genio. Se van a enterar de quién soy yo.

Mientras tanto, el Madrid le hizo un roto al Barcelona, en otro partido que vi con estúpida complacencia y sufrí y disfruté viendo a mi Atleti en el Metropolitano ante el Betis. ¡Puto Atleti, cómo te quiero! Si no juega el Atleti, el fútbol es poca cosa. Seguiré desinformando.