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Previsiones y excusas

Han bastado dos partidos perdidos por el Madrid para que (casi) el mismo Barcelona del 2-8 parezca favorito en el Clásico. No es algo que me alucine: diría que lo comparto. Aunque tengo claro que veremos al campeón de Liga más cerca de su versión enchufada (aquella que ofrece cuando se convence sobre la trascendencia épica de las gestas que persigue) que la de las tardes de otoño en descampados desérticos cerca de un aeropuerto. Lo que más me fascina, esto sí, es que se escriba de nuevo que Zidane se juega el puesto. Sabemos que el crédito de los entrenadores en los clubes gigantescos no puede compararse con el de aquellas entidades que están (estamos) dispuestas a asumir cinco derrotas consecutivas, pero no puede ser real que la imagen de un técnico dependa de media semana. Y menos, la de uno que ha levantado tres Copas de Europa. Se me dirá que sólo con esa exigencia se construyen caracteres ganadores de verdad, pero yo seguiré pensando que lo único que se fabrica con tanto estrés es una ansiedad que si no es buena para la vida tampoco puede serlo para el fútbol.

Zidane, en el partido ante el Shakhtar de Champions
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Zidane, en el partido ante el Shakhtar de ChampionsJESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

¿Y por qué el Barça parece favorito, si también perdió en Getafe? Supongo que, a ojos del mundo, es más nuevo y más fresco: cambió de rostro en el banquillo y presenta a unos cuantos chavales que proporcionan ilusiones por estrenar (que son las ilusiones que más gustan, porque aún nadie se ha cansado de ellas). Mi argumento es que, en realidad, el conjunto azulgrana posee ahora mismo más elementos desequilibrantes. Y cuando los equipos no son perfectos, un número superior de jugadores capaces de ganar por sí solos un partido te da mucha ventaja. ¿Es esto matemático? No lo es, como no lo es nada en este juego, pero nos entretiene hacer previsiones antes de los encuentros y buscar excusas después, cuando no ha ocurrido lo que creíamos que pasaría. Al fin y al cabo, este es el objetivo: pasar el tiempo mejor, distraídos, intentando olvidar por un momento que estamos en medio de una pandemia y que el post-partido de este nuevo Clásico tendremos que hacerlo por whatsapp.