Fernando Vidal se tiene que poner las pilas
Fernando Vidal y su equipo llevan diez meses al frente del Deportivo y las costuras del nuevo consejo empiezan a rasgarse. El atropello por parte de Tebas y el CSD en el caso Fuenlabrada fue evidente e injusto, pero también es cierto que no se supo encontrar una puerta de atrás para buscar una solución diferente al enfrentamiento judicial. Es posible que nadie pudiese arreglar ese huracán, se entiende, pero el club empieza a fallar en demasiadas borrascas cotidianas. La primera fue la elección del propio consejo, con una crisis interna gratuita a los pocos meses de arrancar por el caso Miguel Otero. Tampoco fueron muy prometedoras las gestiones con la RFEF tras el descenso. Vidal abogaba por un subgrupo de Galicia norte con los asturianos y… agua.También por hacer eliminatorias a doble partido en la fase final de ascenso y por ahora… agua.
Este martes ha explotado un nuevo frente, tan previsible como evitable. Largas colas en pleno Covid-19 para recoger entradas. Al margen de la lluvia, el 98% de los espectáculos hoy en día ya funcionan con códigos QR. A mayores, la peregrina idea de cobrar a los socios un precio mayor al de la grada a la que están abonados si tienen que ser reubicados en otra zona más cara. Como si la culpa fuese de ellos. Preocupantes lagunas para una afición que a cinco días de iniciar la liga no sabe dónde podrá ver a su equipo, ya que el Depor es el único club de su subgrupo sin acuerdo con las televisiones. Luego está el día a día, las pequeñas cosas, o no tan pequeñas. Para el Deportivo Vicente, Somma o Fede Cartabia deben seguir en Abegondo, porque nadie comunicó su marcha. No se dice el aforo que habrá en Riazor el domingo, cuando se conoce. O la información sobre la marcha de la segunda ampliación de capital, que es cero.
También ha sido un fiasco absoluto la gestión deportiva en el caso Rolan. Vázquez tenía claro que no jugaría de blanquiazul y Fernando Vidal lo dio por vendido. Pues ahí está, entrenando en Abegondo. Sin duda el uruguayo puede marcar diferencias, pero si había capacidad para asumir su coste quizá era mejor utilizar ese dinero (1,3 millones más la amortización anual de su traspaso) en otro diseño de plantilla. Las pérdidas del ejercicio van a ser enormes, aunque si Abanca, que es la propiedad y la que paga, está de acuerdo, nada que decir. Sobre todo porque en Segunda B no hay control financiero. Encontrar un enemigo externo, llámese Tebas, Irene Lozano, TVG o los dioses del Olimpo, suele despertar pasiones y unir a la afición en un frente común, pero eso no soluciona los problemas. Fernando Vidal y su consejo deben ponerse las pilas de forma inmediata. Les guste o no les guste la vida cotidiana del club para ellos no está en Abegondo, está en la Plaza de Pontevedra.