Suiza, un equipo que siempre compite
En racha. Suiza, sin ser una potencia, puede presumir de haber asomado la cabeza entre los 16 mejores en sus tres últimos grandes torneos. Un resultado que podría parecer modesto para un candidato a los títulos, pero que habla de una mejoría evidente en una selección que entre 1966 y 1994 no pisó ni una sola fase final. Su buen trabajo en las categorías inferiores y el talento que agregó la numerosa inmigración que llegó al país —especialmente tras la Guerra de los Balcanes— hizo crecer el potencial de una federación que ya mandó un aviso a todo el planeta sobre su progreso ganando el Mundial Sub-17 de 2009. De aquella generación, tres futbolistas son fijos en la absoluta de hoy, y de hecho están en la lista para enfrentarse a España: Ricardo Rodríguez, Granit Xhaka y Haris Seferovic. En la primera edición de la Nations League, Suiza alcanzó una meritoria cuarta posición, clasificándose para la final four con una histórica goleada con remontada incluida ante Bélgica (5-2).
Acento balcánico en el banquillo. La multiculturalidad de la selección helvética está presente en todos los estamentos. El seleccionador, Vladimir Petkovic, es hijo de padres croatas y nació en Sarajevo. Llegó a Suiza en 1987 y desde entonces —salvo por un par de experiencias entrenando en el extranjero— ha vivido en el país. Su mayor éxito fue ganar la Copa de Italia en 2013 con la Lazio en un derbi ante la Roma en la final. En el equipo nacional, al que llegó tras el Mundial de Brasil, optó por dar continuidad al trabajo de Ottmar Hitzfeld sin acometer grandes revoluciones.
El cambio de dibujo. Petkovic usó un esquema 4-4-2 en sus primeros cuatro años como seleccionador suizo, pero decidió pasar a la defensa de tres centrales tras el Mundial de Rusia. De este modo, ganó un jugador en el centro del campo para proteger mejor a Xhaka, su hombre más talentoso pero al mismo tiempo también el que más arriesga en el pase. En esta Nations League ha extremado aún más las precauciones y le hemos visto usar el 5-4-1, con dos jugadores por cada costado e incorporando menos a los laterales. Ricardo Rodríguez ha pasado de jugar en la banda a hacerlo a menudo como central izquierdo, convirtiéndose en la vía principal de salida de balón en conducción cuando no hay opciones de pase.
Sin Shaqiri hay menos magia. De origen kosovar como Xhaka, el extremo del Liverpool es el jugador con más desborde y calidad individual de la selección suiza. La indiscutible figura del equipo. Petkovic lo incluyó en la convocatoria tras dieciséis meses de ausencia en los que se llegó a hablar de una mala relación entre ambos y de la pérdida de interés del jugador con relación al equipo nacional. Prácticamente descartado por Klopp en el Liverpool y tras frustrarse su salida el último día del mercado de fichajes, el atacante, que tiene sólo 28 años, necesita lucir con Suiza para recordarle al mundo que sigue existiendo. La confusión acerca de su disponibilidad tras los test de coronavirus habrá alterado los planes del técnico: no es lo mismo tener su desequilibrio que no tenerlo.