Un Madrid objetivamente más endeble

"Hasta el 5 de octubre todo puede pasar". Ha sido la frase más repetida por Zinedine Zidane ante las insistentes preguntas de los ya bautizados como pesados de la Prensa sobre el nulo mercado de fichajes del Real Madrid. El club blanco ha elegido liberar masa salarial, garantizarse futuras plusvalías en jóvenes con proyección y ceder algunos de sus valores para intentar que vuelvan más hechos o para mantener su ciclo vendedor. Si vamos al neto, respecto a la temporada anterior, han vuelto Odegaard, tras su excelente rendimiento en la Real, y Odriozola, pero se han marchado Bale y James. Si a esto le unimos el contratiempo de la lesión de Hazard, este Madrid es objetivamente más endeble a nivel de plantilla que el de la temporada pasada. El gol se puede comprar, pero hay que querer.

El inescrutable Zidane. Resulta casi imposible decodificar cuáles son los parámetros que llevan a Zizou a elegir jugadores para confeccionar sus alineaciones. Esto no tiene porqué ser contraproducente, pero sí resulta llamativo. Sólo parecen intocables Courtois, Ramos y Benzema. Para los que gustan de ver el vaso medio vacío, se entiende mal la elección de Marcelo e Isco o la no apuesta definitiva por jugadores que transmiten una energía diferente al equipo, como son Valverde y Vinicius.

El protagonismo de Courtois. Parece que su liberación con los videojuegos emergentes, como el Among Us, y sus desternillantes conversaciones con Ibai Llanos le sientan de maravilla al portero belga, que está respondiendo a un nivel espectacular. Lo que sí es mala noticia para el Madrid es que su portero sea el jugador más destacado. Eso habla bien de sus cualidades, pero francamente mal del entramado defensivo. El Madrid del confinamiento ganó LaLiga por recibir pocas ocasiones y hacer valer su puntería. Courtois no va a ser siempre el salvador. Si te falta gol y encima tu sistema defensivo se tambalea, lo normal es que te vayas dejando puntos más pronto que tarde.

La alegría de Campaña. Una de las imágenes de la jornada la dejó José Campaña y el improvisado homenaje de sus compañeros y su entrañable utillero cuando su nombre apareció por primera vez en la lista de Luis Enrique. Un justo reconocimiento para un futbolista extraordinario. No conviene perder la perspectiva de la magnitud de dar un salto desde el Levante a la Selección y, sobre todo, no conviene olvidar que el sueño de cualquier niño que juegue al fútbol en cualquier lugar del mundo es vestir algún día la camiseta de su país. Para los que les molesta el fútbol de selecciones, La Roja nunca puede ser un estorbo.