'Rebelde' Lopetegui, malabarista Euroliga

Abanderado Julen. Los protocolos anti COVID-19 tienen de los nervios al personal. Por partes. El pasado viernes, Velasco Carballo se reunió telemáticamente con todos los entrenadores de Primera y Segunda. Estuvieron casi todos. Bueno, de algunos no sabemos si estuvieron o no porque Koeman no activó la cámara y se pudo ir a tomar café mientras hablaba el jefe de los árbitros. Velasco Carballo vertebró su explicación en las jugadas de expulsión y en la supuesta nueva aplicación de las manos. No aclaró demasiado. Preguntaron Francisco (Girona) y Mendilibar (Eibar), pero lo más interesante llegó al final de la reunión. Fue entonces cuando Lopetegui tomó la palabra y pidió vehemente a sus compañeros de banquillo que se rebelasen contra el "uso de vestuarios en días de partido" que ha establecido el protocolo de LaLiga.

Documento. Del discurso de Lopetegui ha nacido un boceto de escrito en el que el Comité Técnico de Entrenadores exige que se modifique dicho protocolo e insta al CSD para que intervenga en el asunto. Los entrenadores creen estar cargados de razones. A saber, la imposibilidad de usar los vestuarios con normalidad impide que los fisios traten a los jugadores en los minutos previos al partido y que los vendajes se puedan realizar adecuadamente. Pero hay más. Los entrenadores no pueden dar las instrucciones finales y el equipo no puede hacer una piña que es pura liturgia. También se protesta por el tiempo establecido, apenas cinco minutos, entre el final del calentamiento y el comienzo del partido. Antes, ese periodo de tiempo oscilaba entre los 10 y los 15 minutos.

Discusión en el basket. Los entrenadores de LaLiga no son los únicos molestos con los protocolos. Pese a que hay equipos de trece países implicados, cada uno con su protocolo sanitario, la Euroliga ha decidido echarle coraje y arrancar el torneo en octubre porque su futuro está en juego. Eso sí, para eso ha tenido que hacer juegos malabares y organizar un protocolo que recoge algunos supuestos casi delirantes y que explicaremos con un supuesto práctico. Si, pongamos, el Efes Pilsen no puede viajar a Madrid porque lo impiden las autoridades, el Real Madrid está obligado a buscar en menos de 24 horas una pista alternativa donde jugar, en otro país o en una región que no estuviera confinada. Además, el anfitrión del partido debe correr con los gastos ocasionados por el cambio. Los clubes tenían hasta ayer para hacer alegaciones a la circular de la Euroliga pero, como mínimo, gracia no les ha hecho.