Modelo Atleti, modelos PSG y City

Cuando se supo que el City salía bien librado en el TAS de la sanción por vulnerar el ‘financial fair play’ (FFP), un amigo me planteó que eso quizá no fuera tan malo. Que el FFP servía para proteger el sistema cerrado de las rancias aristocracias del fútbol europeo, entre las que estarían nuestros Madrid y Barça, la Juve, el Bayern, el Manchester United... Y que no era malo abrir ese panorama con nombres nuevos, procedentes o no de países de vieja raigambre futbolística, gracias a fuertes inyecciones de dinero. Un dinero procedente del exterior del mercado, que lo vivificaría. “Meter dinero en un circuito nunca puede ser malo”, sentenciaba.

El Chelsea fue el primer caso sonado, ahora los más notables son el City y el PSG, que año tras año llegan lejos en la Champions. No estuve de acuerdo y se lo dije. Me parece mejor la forma en que el Atlético ha llegado a instalarse en la élite europea (acaba de clasificarse para la Champions por octava vez consecutiva, ha llegado a dos finales recientes, ha metido la cabeza en el duopolio Madrid-Barça ganando LaLiga 13-14, todo mientras hacía un estadio nuevo) que la del City o el PSG. El Atlético ha llegado ahí trabajando bien sus posibilidades, que desde luego son menores que las del Madrid o el Barça. Luego se puede. El sistema lo permite.

El City lleva años gastando cantidades enormes, cosa que luego camufla Guardiola tras su discurso espiritual. El PSG se permitió hace dos veranos fichar en dos fines de semana a Neymar y Mbappé por el importe de sus ingresos de dos años. Cosas así causan un impacto en la industria similar, según la imagen de Tebas, al que produciría Carrefour en su sector si se dedicara a regalar pollos. Clubes con un estado detrás compiten con sociedades que se manejan según los parámetros naturales de la actividad. Para el Atlético es doble mérito haberse elevado sobre su estatura natural justamente en este tiempo de los clubes-estado.