La semifinal era un duelo descompensado. El Barça se enfrentaba al San Pablo Burgos con un presupuesto nueve veces mayor. Solamente el sueldo anual de su estrella, Nikola Mirotic, recortes de ERTE al margen, está prácticamente en los mismos números que el equipo castellano al completo: 4 millones frente a 4,8. El palmarés, la historia, la experiencia… Casi todo estaba del lado azulgrana. Frente a eso, el Burgos contrapuso la ilusión y la inercia de una racha de juego que le llevó a tumbar a otro poderoso, el Real Madrid. No fue suficiente. La maquinaria de Svetislav Pesic no dio opción. Mirotic celebró su MVP de la Liga Endesa con un buen partido, pero sobre todo destacó Thomas Heurtel, con 14 puntos y 11 asistencias para 20 de valoración. Esta fase final ha perjudicado a varios equipos, el Zaragoza es el mejor ejemplo, por la marcha de sus jugadores, pero también ha favorecido a otros con la recuperación de lesionados. El base francés es un referente del buen trabajo durante el estado de alarma: está on fire. La amplitud de la plantilla y el tono físico también ganaron el partido.

El Barça jugará este martes por un título que no conquista desde 2014. En ese lapso ha perdido tres finales, todas ante el Madrid, el eterno enemigo. Cansados de esta sequía, que además ha coincidido con la etapa más gloriosa de los de Pablo Laso, el club azulgrana tiró la casa por la ventana para formar una 'Armada Invencible' que le devolviera a los altares: Mirotic, Davies, Higgins, Abrines, el fugado Delaney... La pandemia ha estado a punto de tirar el proyecto por la borda, pero hay tiempo de enmendarlo. Falta un partido, una victoria. El campeón de esta fase final llevará un asterisco por su peculiar formato, que será menor en el caso del Barcelona, que ya iba líder en marzo, cuando se interrumpió el torneo, y, por lo visto hasta ahora en Valencia, sigue al frente de la Liga ACB.