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Con VAR las polémicas son mayores

El Madrid salió de Anoeta líder, pero el estruendo provocado por tres jugadas de gol que decidieron el resultado durará tiempo y servirá para poner definitivamente en cuestión al VAR. Las tres jugadas dejan dudas y la actitud de Estrada Fernández en las tres, no acudiendo a la pantalla y dejando el criterio en manos de Martínez Munuera, más. La primera fue un penalti a Vinicius, que tras una jugada vertiginosa (de las muchas que hizo) recibió un toque leve de Llorente justo cuando disparaba, con lo que tiró pifiado. Para mí fue penalti, pero no faltan voces de quienes aportan repeticiones en las que el contacto no aparece.

Era el inicio del segundo tiempo, y aquel gol venía a premiar al único jugador de verdad distinguido hasta entonces sobre el campo, Vinicius, con sus insistentes cabalgadas. Pero la polémica que asomaba por esa jugada se centuplicó con dos hechos muy seguidos en torno al 70’. Primero, un gol de Januzaj, tirazo raso al que no llega Courtois. Pero Merino estaba en la línea de vista del belga, el linier marcó fuera de juego, Estrada lo anuló y luego esperó el plácet del VAR, que confirmó su decisión. De inmediato, centro a Benzema, que la baja con el hombro (según para quién con el arranque del brazo) y marca. En un instante, del 1-1 al 0-2.

Yo vi acertadas las decisiones primera y tercera; la segunda me parece muy fronteriza. Pero las tres son jugadas de las que ningún árbitro quiere sufrir y que, juntas, pusieron al Madrid líder por esa especie de ‘foto finish’ que es el ‘goal average particular’, al tiempo que se eleva una oleada de quejas. Otras noticias del partido (la vuelta de James, la exhibición de Vinicius y la lesión de Sergio Ramos, que hizo bascular el ánimo del partido en favor de la Real) quedan en segundo plano. Hoy, más que nunca, va a quedar claro que el VAR no ha venido a concluir con las polémicas sino a, en ciertos casos, agravarlas. Y este es uno de esos, y de los gordos.