El Madrid exhibe muy buena salud
Un buen amigo culé me sorprendió el otro día diciéndome que Hazard tenía la elegancia de Kubala. Remitía su juicio a un tiempo lejano que reviví, tantos años después de mis últimas imágenes de Kubala, en el primer gol del Madrid anoche. Esa maniobra tan limpia, tan ‘kubalista’, que le puso el gol franco a Benzema, acreditaba a Hazard como un futbolista especial. Pequeñas sociedades hacen grandes equipos recordaba yo ayer, citando a Menotti. De la pequeña sociedad que forman Hazard y Benzema nació el primer gol del Madrid. “El primer gol vale por tres”, decía Di Stéfano. Ese primer gol abrió la puerta a un resultado brillante.
Una vez abierta la lata, el Madrid la apuró a fondo. Con el partido ya cuesta abajo, Zidane tiró de Asensio, que en su primer remate hizo gol. No mucho más tarde, Benzema marcaría el tercero, redondeando un resultado bonito que avala la salud actual del Madrid, más allá de las cuentas sobre quién juega antes o quién juega después. Es tema de discusión muy en boga en estos días quién juega antes (siempre el Barça) y quién después (siempre el Madrid). Tebas y Roures tendrán las claves de esa prevalencia, que obliga al Madrid, que va semana a semana por detrás, a hacer la goma. Pero mientras ambos ganen, LaLiga sigue viva.
Y los dos ganan. “Nos quedan nueve finales”, dijo ayer Marco Asensio, el reaparecido, al acabar el partido. Su regreso vale para consolidar una teoría del optimismo en torno al Real Madrid, que tiene muchos jugadores para barajar lo que viene por delante, que es mucho. Tiene más jugadores que el Barça, eso es así. Todos los entrenadores se están adentrando en un espacio nuevo, desconocido hasta ahora, con dos partidos por semana y la necesidad de mover la plantilla. En ese territorio veo al Madrid en ventaja, Messi aparte. El Barça tiene al mejor futbolista del momento, en eso estamos todos de acuerdo, pero arrastra de un grupo metido en dudas.