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LA CAJA NEGRA

La aparición de Guillamón y el tormento conocido del Betis

12/06/20 PARTIDO PRIMERA DIVISION  CORONAVIRUS COVID19  VALENCIA CF - LEVANTE UD  HUGO GUILLAMON
David GonzalezDIARIO AS

Ilusionar desde el principio

La cacareada nueva normalidad no altera las reglas elementales que sostienen a un equipo. Que se lo digan al Valencia. Disponer de centrales fiables asegura la estabilidad y aproxima los triunfos. En Mestalla no abundan, aunque esta carencia acondiciona posibilidades de futuro. La controvertida gestión de la defensa ha permitido descubrir el talento de Hugo Guillamón (20 años). Su carta de presentación en el derbi valenciano, lejana ya aquella segunda parte que jugó contra la Real Sociedad, abrumó por la jerarquía y la depurada técnica en el desplazamiento de balón. Con Parejo aturdido, el canterano no dudó en ordenar la salida desde atrás con envíos que superaban las líneas granotas. Se contó seis pases en largo buenos y sumó 22 entregas a Gayá y Guedes en el sector izquierdo del ataque che. El portugués venía por dentro y el lateral invadía el espacio libre con Guillamón en la operativa de la jugada. Tiene 'timing' en el golpeo y sentido del espacio. La presencia de Diakhaby reforzó todavía más la impresión tan positiva de Guillamón en todos los registros del juego. En la comparación salió doblemente fortalecido: cinco despejes, tres recuperaciones y tres anticipaciones más. Aún no renovado, al Valencia le urge atar a un central con una proyección interesantísima. Ya ha llegado, ahora le toca asentarse.

La clase magistral

En otro momento, Muniain también llegó para quedarse. Si algo le faltaba en los inicios, ya lo ha incorporado a su catálogo. El primer tiempo frente al Atlético constituyó un manual de fútbol en sí mismo. Con sus movimientos entre líneas y hacia los costados y su capacidad de atracción y giro desarmó a un rival que defendió demasiado abajo. El Atleti se vio apurado por las superioridades en la circulación que insistentemente creaba el mediapunta navarro. Muniain estuvo excelso y demostró su juicio al entender la debilidad que se manifestaba a la espalda de Thomas. Recibía por dentro o en el perfil donde se acumulaban más jugadores para después orientar el balón hacia el lado débil. Su intuición sirvió al Athletic para generar dos ocasiones claras y concebir su único gol del partido. Ahora se puede decir en voz alta que Muniain ha roto en lo que prometía.

Muniain, goleador ante el Atlético.
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Muniain, goleador ante el Atlético.EFE

La situación favorable

La cuenta atrás en la que está envuelto el Espanyol, sin apenas margen para el error, se saldó con una victoria inicial abaratada por la incomprensible expulsión de Pacheco. Pese al inesperado salvavidas, tampoco hay que quitarle mérito al conjunto de Abelardo. La superioridad numérica solo es tal si quién la disfruta es capaz de interpretarla correctamente. El Espanyol lo hizo con una posesión viva y equilibrada, de banda a banda y ajustada en el interior (32,3% de los ataques por la derecha, 30,4% por el centro y 37,3% por la izquierda). Se benefició de la aportación decisiva de Embarba, elocuente en el último tercio del campo. El trazo vertical y atrevido de su fútbol edificó el éxito perico con las asistencias medidas de ambos goles. Es un jugador distinto que tanto bien le puede hacer a un equipo que sigue pendiendo de un hilo.

El mismo problema de siempre

Se ha habituado el Betis a la mediocridad esta temporada. No termina de definirse. Salvo excepciones, su idea resulta pretenciosa por fallida. El empeño, a priori, elogiable de salir con la pelota controlada enfanga su propuesta al reconocerse como inútil. Rubi ha probado distintas soluciones, pero ninguna se ha regularizado como eficaz. Guido Rodríguez ofició como medio centro posicional en el derbi con el objetivo de naturalizar la construcción del juego. Se ofreció una y otra vez, metiéndose muchas veces entre centrales, pero evidenció su dificultad para perfilarse y su corto rango asociativo. La estadística presenta una cifra de 48 pases buenos que no refleja la escasa incidencia de los mismos. Casi todos fueron horizontales y no traspasaron ninguna línea sevillista. La condena del Betis fue la de siempre este curso. Aleñá no tuvo luz y nadie activó a Canales en zona de tres cuartos. El Betis jugó muy lejos del área rival y perdió toda iniciativa territorial.