Retorno a la amnesia
Neymar se pasó por el arco del triunfo un contrato que debería de estar enmarcado en la sala de juntas del estadio como el ejemplo de lo que nunca debería volver a hacerse.
Reapareció Sandro Rosell en una entrevista en Mundo Deportivo dejando caer que el Barça debería ir a por Neymar porque Messi quiere a los mejores a su lado. Para traerle de nuevo a Barcelona, el ex presidente que le fichó en su día exigiría una modalidad de contrato vinculado a variables relacionadas con los éxitos deportivos y a su comportamiento social. Es maravilloso como en el amor y en el fútbol la ilusión provoca amnesia.
Parece que ya nadie recuerde que Neymar se pasó por el arco del triunfo un contrato que debería de estar enmarcado en la sala de juntas del estadio como el ejemplo de lo que nunca debería volver a hacerse. Un contrato que resume parcialmente una operación que condenó por primera vez en su historia al Barcelona como institución. Porque hay que recordar que el pacto con la justicia fue el de condenar al Barça a cambio de que las personas físicas, el propio Rosell y Bartomeu, no tarifaran. Y decimos parcialmente porque esa misma operación y el contrato que la sustancia sigue en los tribunales pendiente de juicios. En plural. No es una causa la que queda pendiente, son dos. Por un lado la denuncia del grupo DIS, que se siente estafado, y por otra la doble denuncia que tienen interpuesta club y jugador por la prima de renovación y que ni cuando el verano pasado se pusieron a negociar se retiró. Es más, siguen añadiendo legajos al caso.
Y ahora, la gran solución para traer de nuevo a Neymar es hacer otro contrato. Pues vale, pues perfecto, pues qué idea más genial y cómo no se nos había ocurrido antes. Y si el despropósito no fuera bastante, añadan que el contrato debería contemplar una variable por comportamiento social. Lo leen bien. Una cláusula de responsabilidad ciudadana a un tipo que ha dado muestras de haber reflexionado. Tanto ha mejorado en este aspecto que se fugó hace tres semanas de París con sus amigotes en jet privado para pasar el confinamiento en su mansión en Brasil, desde donde nos regala vídeos de sus partidos de fut-voley, hecho que compromete su regreso el día que se retomen las competiciones porque deberá pasar una cuarentena. Claro que sí. Es el contrato perfecto para Neymar. Otro más para enmarcar...
Ah, y eso dejando a un lado que el jeque del PSG sigue en sus trece. O 170 millones o nada. Nada de intercambios. Un retorno a la amnesia en toda regla que demuestra una vez más que fútbol es ilusión.