¿Es el fútbol prescindible?
Una de las consecuencias directas de esta pandemia está poniendo al descubierto cuánto eres de prescindible laboralmente. Si no lo tienes claro, el BOE te lo aclara. También está dejando en evidencia que el culto a la celebridad desaparece cuando te tienes que confinar en pocos metros cuadrados y el jugador al que idolatras lo hace en un jardín que podría ser tipificado como parque natural. Todo el abismo que separa a estrellas de mortales recuerda a esa escena de la película 'Parásitos' en la que la dueña de la mansión dice que la lluvia es una bendición, mientras ese mismo torrente de agua está inundando la casa de la familia pobre que trabaja para ella.
Parece una obviedad, pero es que el fútbol es mucho más que la opulencia lógica de un determinado jugador. El año pasado la firma consultora PwC publicó el impacto socioeconómico del fútbol profesional en España. Según esta firma, el fútbol contribuye a crear 185.000 empleos, con una facturación superior a los 15.600 millones de euros. Desde el que te vende las pipas en el aledaño del estadio, hasta el programador del paquete de suscripción de partidos que tienes en tu casa, todos viven del fútbol. Y hay otras formas de vivir del fútbol más allá de lo económico.
Durante el confinamiento volví a ver por enésima vez Días de fútbol, una comedia que habla de cómo salir del pozo del conformismo. La trama parte de Jorge, un absoluto perdedor, un hombre de mediana edad que piensa que su vida no puede ir a peor; su trabajo le deprime y su novia le deja cuando él le pide matrimonio, así que sus amigos deciden apuntarse al torneo de fútbol-7 de su barrio. ¿Para qué? Para ganar algo. Jorge tiene que ganar algo. Todos tienen y necesitan ganar algo.
La película retrata a la perfección el espíritu comunitario y redentor de la previa de los partidos, con la expectativa de una victoria que reduzca el cansancio de una semana de mierda. De hecho, la simple expectativa de una victoria ya reduce el cansancio de una semana de mierda. Y esto no aparece en el PIB de un país, pero también hace del fútbol algo imprescindible, dentro de los prescindible que es.