El brasileño tiene un altavoz del que otros no disponen y lo está aprovechando a su manera...
Es irremediable caer en la tentación de mezclar fútbol con religión, vectores ambos de emociones colectivas...
En la tarde de ayer presentamos en Balaídos ‘100 anos de afouteza e corazón’, un libro publicado con motivo del Centenario del Celta...
La frase de Xavi conduce a pensar que los árbitros no están dejando competir al Barça
El nombramiento de Nadal como embajador del tenis de Arabia Saudí ha causado decepción e incredulidad, como si un colega estuviese defraudando.
Como dice el renovado Nadal, quizá el truco está en no salir a ganar, sino en salir a competir.
A Rahm se le critica, sobre todo, por su falta de coherencia, porque él había perjurado su absoluta lealtad al circuito americano PGA Tour.
Me emociona muchísimo la temporada del Girona. Es impresionante la cantidad de recursos que tienen, su sentido del riesgo o cómo se reponen de los marcadores en contra, con esa tranquilidad pasmosa.
El aniversario del Mundial de Qatar está a la vuelta de la esquina y, no sé si os pasa, pero yo recuerdo aquellos días casi como irreales, con Messi impulsado por una pulsión casi sobrenatural.
Celebrar un gol en el mismo instante en el que el balón entra en portería es una osadía innecesaria.
Todos llevamos un pequeño Bordalás dentro porque suyo es el fundamento genético de esta competición...
Parece una obviedad, pero ahí está todo: ellas, de nuevo, descentralizadas...
Eso es lo más meritorio y bonito que está consiguiendo la selección femenina en el Mundial. Universalizar, al fin, una sensación de pertenencia.
Mbappé se ha elevado ya a la categoría de conversación de verano como los incendios o el Tour de Francia.
Carlos Alcaraz ganó a Novak Djokovic en la final de Wimbledon, para sumar su segundo Grand Slam. El murciano, siempre con una sonrisa en la cara.
Lineker dijo que los padres agresivos desde la banda están matando el fútbol...
El balonmano es en España como la Galia de Astérix y Obélix, un reducto de resistencia.
Para algunos aficionados hay en el aire estos días un grado incómodo de inevitabilidad.
En general, aprecio cualquier arenga futbolística, incluso las que contienen algún agravio. Salvo una. Hay un cántico que prohibiría y penalizaría.
Era el año 2008 y si de salud mental se hablaba poco, en el fútbol directamente no se hablaba.
Hay pocas palabras que llenen más la boca de un aficionado que la de “canterano”.
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