El ciclismo se enreda

El Ineos de Chris Froome y Egan Bernal se ha borrado de las próximas carreras por la crisis del coronavirus. También el Mitchelton, el Astana, el CCC y el UAE Team. Este es el parte provisional de bajas, porque hay otros equipos, como el Movistar español, que también están meditando seriamente interrumpir su actividad. La renuncia no sólo afecta a las carreras de Italia, que sería la decisión más lógica dado su alarmante estado de riesgo, sino también a las de Francia y Bélgica. Entre ellas está la París-Niza, una de las perlas del calendario, que comienza el domingo. La medida tomada por estas escuadras ha creado cierta confusión en la familia ciclista, porque choca con el propio reglamento y con la esencia del World Tour, que obliga recíprocamente a organizadores y equipos a la participación.

Esta hemorragia se contradice con las recomendaciones difundidas el miércoles por la UCI sobre el Covid-19. La carta sostiene que las carreras sólo pueden ser suspendidas por “las autoridades sanitarias de los territorios concernientes”, como ha ocurrido con la Strade Bianche. Y que los equipos que se encuentren ante “la imposibilidad” de correr deben validar sus motivos a través de la propia UCI. En ese caso está el UAE, con infectados en su seno, mientras otros carecen de justificación. Una cosa es Italia, en grave situación de riesgo, y otra es Francia, que no ha llegado a ese extremo. Un supuesto diferente sería que las autoridades francesas cancelaran la París-Niza, como ocurrió con la Media y la Maratón de París. Pero no ha sido así. Eso deja a los organizadores en una tesitura delicada, porque podrían plantearse una denuncia contra los equipos por incumplimiento. No creo que lo hagan. Si la UCI ha dado luz verde a las carreras, habría que ser consecuentes con esas directrices… O cambiarlas. De lo contrario, cualquier organizador podría también mañana dejar fuera a un equipo porque sí.