El Atleti del Cholo sigue estando ahí
Rezagado en LaLiga, eliminado en la Copa, con el Mono Burgos haciendo planes por su cuenta, con Godín y Gabi lejos... Todo olía a fin de ciclo, a que lo del cholismo no daba más de sí, a que fue bonito mientras duró, pero... Y, de repente, no. Ante la prueba más dura, el coco de Europa, el Atlético del Cholo se elevó de nuevo e impresionó como en los mejores partidos que haya ofrecido en estos años. Un Metropolitano en el que no cabía ni un alfiler tronó como nunca y acabado el partido nadie se quería mover del sitio. Afición y equipo querían prolongar ese abrazo que había durado los noventaitantos minutos de juego.
Fue una noche inolvidable, que comenzó con sorpresa del Cholo en la alineación, confiando la banda izquierda a dos sospechosos, Lodi y Lemar. Y con su salida enérgica. Ambas cosas funcionaron. El empuje inicial del Atlético rentó un gol, a la postre el único del partido, y Lodi (sobre todo este) y Lemar estuvieron a la altura. El Atlético le dejó el campo y el balón al Liverpool, al que le gusta más presionar y correr que atacar en estático, y defendió imponentemente bien. Llegada la media hora sin pisar el área, el Liverpool empezó a probar con disparos desde fuera. No tenía forma de abrir hueco en la defensa basculante del Atlético.
En la segunda mitad el Liverpool hizo por mejorar y se echó realmente encima del Atlético durante 20 minutos. Fue agobiante. La defensa atlética crujía, pero sin llegar a romperse, y así aguantó el largo chaparrón hasta que empezó a desplegarse y llegó a estar cerca del 2-0. El Liverpool se fue del campo sin disparar una sola vez entre los tres palos, hecho insólito. Fue una exhibición de juego ordenado y solidario en el que cada cual sabía cuándo anticiparse, cuándo retroceder, cuándo salir en auxilio del compañero. Así va a Anfield con 1-0, resultado que da el pase en el 51% de las veces. Mucho más de lo que le concedíamos en la víspera.