El titular de ayer también nos serviría para hoy, pero con un cambio de género. Si las Guerreras de waterpolo se coronaban el sábado como 'Bicampeonas de Europa', un día después han sido los Hispanos de balonmano quienes han logrado su segundo título continental, que añaden a su refulgente doblete mundial. Esto demuestra, una vez más, el formidable nivel del deporte español, especialmente en disciplinas de equipo. Las tres medallas europeas de este fin de semana son otro bello ejemplo. El waterpolo masculino ha sido el único que no ha podido bañarse en oro, pero su tercer podio encadenado lo confirma entre los grandes. En el caso de los Hispanos era su tercera final continental consecutiva, la segunda con el oro al cuello, una prueba más de la inercia competitiva en la que navega esta ilustre generación.

España revalidó la corona de hace dos años, pero en esta ocasión también venía acompañada de un bono extra, de la clasificación para Tokio 2020. No es un premio secundario. Este mismo grupo vivió la experiencia de quedarse apeado de los Juegos de Río 2016 en un Preolímpico de triste recuerdo. Fue un golpe duro, desgarrador, de los más dolorosos que ha sufrido el balonmano español sobre una cancha. Algún jugador pensó incluso en retirarse después de aquel varapalo. En lugar de eso, el grueso de esta veterana Selección se conjuró para que la historia no volviera a repetirse. Y ahí están, con el pasaporte para Tokio ya en la buchaca. El último gran desafío para una quinta de treintañeros que lo han logrado todo: Aginagalde, Morros, Sarmiento, Guardiola, Cañellas, Maqueda... y el capitán Raúl Entrerríos, que este domingo recordó, muy emocionado, el severo revés encajado hace cuatro años. Ya se han desquitado, los Hispanos tendrán sus Juegos Olímpicos dentro de seis meses… Y la oportunidad de redondear la Triple Corona, de brindar una última gesta al deporte español.