Isco responde al cariño de Zidane

Hace un par de meses escribía por aquí que Isco estaba ante la última oportunidad de recuperarse para el Real Madrid. Tras un año enfurruñado y pasota desde su problema con Solari, llegaba el momento de reivindicarse o ponerse en el escaparate de salida. Su intrascendencia en la derrota en Mallorca, dónde volvió a la titularidad, pareció indicar que no estaba por la labor, pero aquel día el malagueño no fue el culpable del desastre, lo fue el planteamiento alocadamente ofensivo de Zidane, que puso en el once hasta cinco jugadores ofensivos y un solo medio puro como Casemiro. Cuando el entrenador entendió que el equipo necesitaba hacerse fuerte en el medio y empezó a darle continuidad a Valverde en el 4-4-2, ese ecosistema se transformó en perfecto para el malagueño.

El entrenador francés, al que hay que reconocer el cariño con el que ha aguardado a Isco, le dio de nuevo paso en el equipo y el jugador andaluz, cómodo con su espalda protegida, hizo lo que mejor se le da que es enganchar en la línea de creación. Su fútbol ayuda a que la pelota circule mejor en campo contrario y conecta a los delanteros con el juego de los centrocampistas. Con un poco de continuidad se volverá a parecer al que fue titular en las últimas dos finales de Champions (la de Cardiff y la de Kiev) dejando en el banquillo a Gareth Bale...