Hoy puede ser un gran año

Hoy puede ser un gran año, plantéatelo así. Somos el Atleti y estamos vivos en todo. Cuatro emocionantísimas y bellísimas competiciones nos esperan. Una Supercopa de España en la que nos jugamos la final ante el Real Madrid (después de eliminar ayer al Barça). Unos octavos de Copa de Europa en los que podemos pasar ante el Liverpool, por más que los mardito roedore inglese estén haciendo una temporada histórica: nosotros estamos para cambiar la historia. Una Copa del Rey que siempre es un caramelito sabrosísimo que hace tiempo no degustamos. Y una Liga en la que en los últimos años solemos ser segundos, subcampeones. ¿Suena bien o no suena bien?

Por eso, hoy puede ser un gran año, sin duda alguna. Nosotros sabemos mejor que nadie que hemos empezado la temporada un poco renqueantes, con tantas ausencias sobrevolando el hermoso cielo del Metropolitano, y poniendo muy injustamente toda la responsabilidad sobre los hombros de un chaval de 19 años. Pero siempre estamos ahí. La piedra en el zapato. Especialistas en amargar cualquier pronóstico. Los cazafantasmas.

Así que el hombre de la fe intacta sigue entrando a diario en la app de AS a ver si los Reyes Magos nos traen al deseado Cavani por haber sido tan buenos como somos los atléticos, o algún otro nombre que nos levante del asiento. De hecho mi carta a los reyes magos este año empezaba con un "Queridos Reyes magos, he sido bueno, no como otros..."

Correa y Morata celebran el 2-2, marcado por el ‘9’.

Yo, puestos a pedir, pediría un Schuster. El gran Bernardo sería la solución a los problemas actuales de Atleti, Barça o Madrid. Cualquiera de los tres equipos suspiraría ahora mismo por un jugador como él, capaz de embellecer partidos tan feos como los que estamos viendo. Y de lanzar las faltas como él lo hacía. Y de llenar el césped de tanta elegancia en la posesión y en el reparto. Y de hablar no como hablan ahora los jugadores, sino con personalidad y con criterio. Y con su mucha mala leche. Perfecto. Yo tuve la suerte de verle jugar. Además, él vistió las tres camisetas, azulgrana, blanca y rojiblanca, y dejó grandes recuerdos en los tres clubes.