El Movistar toma pista

Una vez pregunté a un directivo de la empresa Movistar por qué patrocinaban al Estudiantes si desde hace tiempo no es un equipo de baloncesto campeón, más bien lo contrario, y me respondió que su política de mecenazgo consistía en aspirar a lo máximo, en intentar ganar el Tour de Francia con la escuadra ciclista, porque para eso son una compañía puntera en su sector, pero que también querían asumir un liderazgo social y solidario, y ahí entran otros aspectos que no se miden sólo con un palmarés deportivo. Más allá de la Liga ACB, el básquet colegial también fomenta el deporte inclusivo, el femenino, la cantera… Y esta misma filosofía se ha subido recientemente a la bicicleta: primero, con un equipo de mujeres que acaba de ser refrendado en el World Tour hasta 2023; y ahora, con la contratación de dos estrellas de la pista, Albert Torres y Sebastián Mora, que allanarán su camino a Tokio 2020 gracias a su fichaje por uno de los mejores equipos del mundo en carretera. Ambos fueron presentados este jueves en el CSD, lo que confirma el interés público de la operación.

La compatibilidad pista-ruta está probada en países con mayor tradición como Australia y Gran Bretaña, donde el velódromo es una escuela y un trampolín para el salto a la carretera, con los notables ejemplos de Brad Wiggins y Geraint Thomas, ganadores del Tour. En España no es así. La estructura de Eusebio Unzué ya acogió a Eloy Teruel, Miquel Alzamora, Sergi Escobar y al añorado Isaac Gálvez, pero sólo este último destacó en ambas. El problema es que muchos pistards, normalmente con becas ADO o federativas, ven la carretera como un complemento, más que un fin, cuando en otros lares lo enfocan al revés. Ahora queda comprobar si la nueva asociación es capaz de cambiar la tendencia. Torres y Mora son dos candidatos al podio olímpico en Tokio, pero también rebosan calidad para dejar huella en el pelotón.